Capítulo 21 •Fugaz•

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Alessia Russo

«¿Qué demonios está pasando?»

Es mi primer pensamiento al despertar e intentar levantarme de la cama, intento que resulta fallido debido a los fuertes brazos que rodean mi cuerpo.

Rápidamente, logro zafarme de ellos y al girarme me topo con lo que menos me esperaba. El rostro de Zaid, durmiendo como un bebé.

«Esto tiene que ser un sueño»

Pero no lo es, pequeños fragmentos de la noche anterior se cruzan por mi mente, haciéndome recordar el motivo por el cual desperté en su cama.

"—Me quedaré contigo esta y todas las noches que sean necesarias, pequeña".

Fue esa su respuesta a mi precipitada petición, la última frase que soltaron sus labios antes de fundirse con los míos en una larga noche de besos y caricias.

Observo mi cuerpo que gracias al cielo, al igual que el suyo aún se encuentra cubierto, aún tengo puesta la ropa que me dio, y eso es un alivio.

Luego de observarlo unos minutos como la acosadora que soy, decido que aunque no quiera, mi estadía aquí debe llegar a su fin, así que me levanto de la cama, tomo mis cosas y casi sin pensar, lo beso suavemente por última vez, evitando despertarlo. Luego de eso, salgo de la habitación con una sonrisa tonta.

Toda la casa se encuentra en silencio, supongo que soy la primera en despertar.

Abro la puerta sin hacer mucho ruido, y salgo a paso rápido en dirección a mi casa.

***

Me despierto desconcertada por el sonido de una llamada entrante, al ver la pantalla me percato de que son las tres de la tarde, desde que llegué esta mañana a mi casa luego de comer me volví a dormir.

—Aló —digo al atender la llamada de mis padres.

—Hola Ale, ¿cómo has estado?

—Bien, ¿y tú? —le pregunto a mi madre.

—Bien mi niña, extrañándote mucho... Llamábamos para ver si habías recapacitado sobre lo del concierto.

En este momento los consejos de doña Bianca vienen a mi mente.

—Pues si lo hice, aunque no precisamente de la manera en que ustedes quieren —suelto con sinceridad.

—¿Entonces?

—Mamá, los amo y los extraño como a nadie en la vida, me encantaría regresar lo más pronto posible y volver a nuestra vida normal. Pero a veces debo pensar en mi misma y enfocarme en lo que realmente deseo para mi vida y para mi futuro —hago una pausa—. Voy a ir a ese concierto, voy a estar en esta ciudad el tiempo que sea necesario para cumplir mi sueño, o al menos hasta acercarme más a mis objetivos.

—Pero Alessia ya te dijimos que...

—Voy a conseguir un trabajo, así ustedes no tendrán que preocuparse por costear mis estudios. Sé que me extrañan, y créanme que yo también a ustedes, pero si realmente me aman deben apoyarme en esto, deberían estar orgullosos de mí en vez de pensar de manera egoísta solo porque quieren que esté allá con ustedes.

—Bien, te llamamos luego —suspira mi mamá—. Suerte con todo eso.

Al soltar el celular siento como una lágrima se desliza por mi mejilla, esta situación me ha estado afectando bastante.

Hace unos días le comenté a mis padres sobre un gran concierto que se llevará a cabo dentro de tres meses, al cual fui invitada a participar, debo costear lo que necesite para asistir, pero realmente es una gran oportunidad para crecer en este medio.

En alguna calle de VeneciaWhere stories live. Discover now