Capítulo 2: Un poco de su historia y un abogado bastante extraño.

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Miércoles 25 de agosto. Dos días después de la captura. Departamento de policía.

Narra Whattson:

Llevo dos días encerrado. Dos putos días. Hoy vendrá a visitarme mi abogado. Es valiente... Pues... Él sabe que no hay nada que hacer por mí. Sin embargo... Se animó a ayudarme, vendrá a eso de las cuatro.

Ayer por la noche Pitt entro a mi celda. Intento hacerme una especie de interrogatorio... Pero por el momento mantendré el silencio. Creo que nadie será lo suficiente compresivo como para ser digno de escuchar porque lo hice. Es decir... No digo que haya justificación alguna para lo que he hecho... Pero ¡joder!... Tampoco soy un demente que hace las cosas por hacer. Aunque... Todos piensan que sí y creó que es mejor que tengan esa visión de mi... Raro, lo sé... Pero no quiero que todos sepan que en realidad soy muy débil y sensible... Frágil para ser más exactos. Ante los demás me muestro rudo, fuerte, insensible... Pero dentro de mí realmente hay un mundo de sentimientos que desearía no tener. Quisiera arrancarme el corazón y de este modo no sentir nada... Pero. No puedo.

La oscuridad de este lugar, me recuerda a mi adolescencia. Extraña comparación... Pero si, tiene sentido.

En mi adolescencia apenas estaba descubriendo quien era... Y en verdad era duro. Recuerdo que en ese entonces iniciaron de por vida mis noches de insomnio. Los chicos de la escuela me trataban de "hípster" y nunca me gusto la comparación... Pues siempre quise ser como todos. Recuerdo también porque lo decían, a veces... Me escuchaban llorando en el baño y es que no soportaba tanta mierda en la cabeza, que era como esta celda... Oscura. Por las noches imaginaba como quería que fuese mi vida, como quería que papa no golpease a mamá y que mamá no consumiese drogas... Entonces no supe que hacer, estaba aturdido. Una noche papa llego borracho, yo estaba cumpliendo catorce años ese día.

Cuando llego intento abusar de mamá... No soporte más... Un compañero de la escuela me había facilitado un arma... Sería la primera de mi vida. La cargué. Apunte hacia mi padre, mientras mi madre corría hacia mí a implorarme que no lo hiciera, hasta el día de hoy nunca entendí... ¿Cómo fue tan masoquista? Al final paso... Presione el gatillo... ¡Pum! Justo en el pecho... Fueron tres balas. Las suficientes para que el cobarde miserable cayera muerto en el piso. Mamá entre llantos dijo que iría a prisión... Me asuste. Obvio. Y salí corriendo... Huí. Deje a mi madre sola, pero tenía la tranquilidad de que ya no estaría mi padre para agredirla, sin él, ella estaría a salvo...

Pero... ¿Por qué lo hice? Si hoy en día es tan común este tipo de problemas en los hogares y los hijos no salen como locos empuñando un arma.

Verán... La rabia hacia mi padre era por muchos más motivos que el simple hecho de que golpeara a mi madre... Aunque ese era el principal.

Desde chico, día a día tenía que soportar como papá llevaba mujeres ajenas a mi madre, él se encargó de darme la peor de las infancias, y mi ira estaba reprimida, el me golpeaba y me decía lo inútil que era... Y yo no soportaba ni un día más de maltrato.

Y ustedes... ¿No lo harían?

Quizá no... Quizá son igual de cobardes que todos... Pero yo no.... A mí desde muy chico me tocó madurar. Crecer.

A los trece, me llevaron al hospital... Un intento de suicidio... Salió mal... Como todo lo que hacía, en la secundaria, todos me señalaban por eso... Era un marginado, y los que se acercaban a mí, era por curiosidad de saber cómo lo había hecho... Y porque no funciono.

A mediados de mi segundo año de bachillerato conocí a quien sería mi primer amor... La habían transferido de Colombia... "Colombia" poco era lo que sabía de ese país... A excepción de que hacia las mujeres más bellas del planeta, su nombre era Cristina.

La primera vez que la bese fue en una fiesta del instituto. El reloj marcaba la media noche y salí del lugar a fumarme un porro de marihuana... Si, desde los trece fumaba... Pero eso ya es otra historia... Quizá más adelante os narraré.

Ella venía tras de mí, y me saludo... Estaba bastante ebria y convirtió la ocasión en lo que sería mi primer beso... La Protegí de cualquiera que quisiese hacerle daño, y le prometí que siempre estaría para ella. Que tontos somos los niños, en verdad, que tontos. Prometer un siempre es ridículo, puesto que es difícil cumplirlo pues la vida es demasiado dura y demasiado larga...

Ella era hermosa. Y yo la amaba... Si la amaba. Solo por un maldito beso.

El día en que escape, fui a su casa... Sabía perfectamente cuál era su habitación la primera del segundo piso... La de la ventana... Toque y ella abrió... La invite a que nos fugáramos juntos... Le dije que había hecho algo terrible y que la necesitaba a mi lado... Le fui honesto... Le dije que tenía miedo... Pero no fui específico... Jamás le dije que había hecho... Pero aun así no acepto. Lo cual es lógico, solo tenía catorce años, joder. Me despedí y le di lo que sería nuestro último beso.

Al irme, en realidad no sabía dónde ir...y no tenía dinero suficiente para salir del país... Conocía un amigo... El rey de las drogas de toda Sevilla. Ni me pregunten como lo conocí.

En fin, me contacte con él, y me dio albergue en su casa, claro si se podía llamar así... Era un escondite... Yo le había contado lo que había hecho, este tipo me triplicaba la edad, literalmente. Tenía 36 años y me ayudo en lo que más pudo.

El "Refugio" por así decirlo, era una casa abandonada, donde se reunían los adictos a las drogas. No estaba adicto, aún. Pero sería un buen lugar para esconderme.

La policía empezó a perseguirme a los 23 años... Tras la muerte de Emily Gracia pero eso también es otra historia que quizá cuenta más adelante....

3:59 pm. Departamento de policía.

A las cuatro en punto llega mi visita. Nelson Gonzales. El mejor abogado de España. Bueno, el mejor abogado de los asesinos de España.

- Gusto en conocerlo - Digo De manera cortes.

- No puedo decir lo mismo... Pero debo admitir que tu caso me ha llamado mucho la atención. No vamos a ganar. Lo sabes, lo sé. Pero podemos hacer algo interesante. Quizá logremos una cadena perpetua y que no te trasladen a Estados Unidos, por ende no silla eléctrica... Bueno solo quizá. - Al parecer éste hombre tenía mucha confianza en sí mismo... Siempre me falto un poco de eso.

- De tantos Asesinos... ¿Porque se interesó en mí? - Pregunto. En realidad tenía esa duda.

- Verás Richard. Un viejo amigo solía decirme, que no importa si eres el bueno o el malo de la historia, ¿sabes en realidad que es lo que importa?- negué con la cabeza - que seas el mejor.

Vamos, eres Richard Whattson. No sabes lo duro que fue para Pitt, uno de los mejores detectives de España atraparte, se te acusa de haber matado a 8 personas. Eres un reto Richard. Y los retos me agradan. En verdad me agradan. Quiero saber que hay de tras de esa mente criminal... Detrás de todos los asesinatos. Tú y yo somos más iguales de lo que parece... Solo hay algo. Se supone que yo soy el bueno en la historia. - Sus puños estaban afirmados fuertemente en la mesa.

- ¿Se supone? - Pregunto.

- Se supone - Afirma.

- Bien, Te escucho.

- Debemos, primero que todo, ser honestos, no puedes mentirme... Debes confiar en mí.

- No confió en nadie. Mi padre me traiciono. Mi mejor Amigó lo hizo. La mujer que me dio la vida también. Creme no volveré a confiar en nadie. Nunca.

- No es una opción. Es tu única salida. Ahora bien. Te daré un tiempo, no mucho. Soy un hombre ocupado. La próxima vez que venga a este lugar necesitó una respuesta, ya sea positiva o negativa. Para defenderte, necesitó saber cosas... Podemos ser un gran equipo... Todo depende de ti. Recuerda. Entre más tardes. Tendrás más días en este apestoso lugar. Define tu futuro Whattson.

Se coloca de pie y los guardias se dirigen a abrirle las puertas. Luego me ponen de pie. Me esposan nueva mente y me llevan al mismo lugar. Tenía que pensar muchas cosas... Prometí nunca volver a confiar en alguien. Pero ahora. No tenía otra opción.

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Indicios De Un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora