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Descripción explícita.

Tortura no sexual.

Mención de sangre.





A seis semanas de su desaparición se había alertado a la policía para que iniciaran el protocolo de búsqueda desde el último punto en el que supuestamente estuvo. Dos semanas después de su intervención quirúrgica, Mason yacía en la misma colchoneta donde había estado durmiendo mientras esperaba que la plancha se esterilizara para que le retirarán la sonsa uretral.

Se sentía mejor físicamente pero en sus ratos de conciencia lo único que hacía era pensar en lo que estaba viviendo, provocando que su estómago cayera con sus pocos ánimos.

Fue cargado hasta la superficie metálica y el doctor se puso a trabajar, siseó por el contacto del algodón con antiséptico cuando sintió un tirón que lo hizo querer vomitar la poca comida que logró consumir por la mañana, respiró hondo tratando de distraerse del olor a sangre para no desmayarse.

Cuando acabó la curación lo pasaron a una barra instalada en el techo, colocaron cadenas en sus muñecas de modo que su peso era cargado solo por sus brazos, pues sus pies apenas rozaban el suelo. Pensó en como colgaban al ganado para trasladarlo.

— Me he dado cuenta que no importa si eres la mismísima creación divina, lucifer y Jesucristo fueron hechos por el mismo ser superior pero sus caminos fueron muy distintos ¿No es así, Mason? — Tomó un martillo y le pasó a Will un bate de madera. — Como médico sé que la genética no es un factor determinante en qué tan despreciable serás con el tiempo, algunas diferencias en la misma familia me siguen pareciendo alucinantes, Margot es un completo ser de luz, no sé cómo usted se volvió un ejemplar tan insultante a la raza humana.

Se aclaró la garganta. — Si fuera tan buena no permitiría que me hicieran esto.

— Que haya llegado el resultado de la suma de todas tus faltas no es responsabilidad suya, por lo tanto no tiene la obligación de salvarte. Deja que te refresque la memoria, estás aquí porque intentaste atacar a nuestra hija dos veces, porque has manipulado y usado a menores de edad para tu liberación sexual, porque maltrataste a Margot de todas las formas que pudiste, porque eres maleducado, egoísta, violento, abusivo y grosero.

El doctor pasó alrededor suyo golpeando la cabeza del martillo sobresaltándolo. — Hemos pasado mucho tiempo con Margot, casi siempre hablamos y los recuerdos salen a relucir, uno que llamó nuestra atención fue cuando salió del clóset por la reacción que tuvo ¿lo recuerda, Mason?

Sintió el pánico recorriendo su cuerpo, por supuesto que recordaba la triste confesión, nunca pensó que su arrebato de disgusto al saber que no tendría lugar en el corazón de su hermana lo pondría entre la vida y la muerte, ahora colgado frente a un par de asesinos deseó retroceder el tiempo para evitarlo. El bate aterrizó en sus costillas sacándole el aire.

Will se burló. — ¿Recuerdas qué le hiciste Margot ese día? Cuéntanos.

—Yo- yo la insulté, le dije cosas hirientes y me fui.

— Mentiroso de mierda. — Otro golpe atinó en su costado izquierdo. — Te cuento, la insultaste, la golpeaste y cuando estuvo casi inconsciente la violaste. ¿Cómo se rompió las costillas? ¿Siendo una tonta rodando por las escaleras?

— La patee, la patee mucho, paré hasta que me di cuenta de que tosía mucho y no respiraba bien. — Las lágrimas escurrían por sus pálidas mejillas algo magulladas.

Save my childhoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora