-Oh, ambas están entrenadas...

Papá gruñe y no me sorprende que también lo termine apuntando con una nueve milímetros.

-¿Qué sabes, pedazo de mierda?

Viktor sonríe de forma amplia y nos mira a todos.

-¿No les parecía extraño que Nadina pase de ser una dulce niña a una puta asesina?

El ruido estridente de un disparo se escucha en toda la oficina, dejándome ser testigo de cómo mi padre disparó al suelo, literalmente a unos pocos centímetros del pie de su hermano.

-Respuesta equivocada, intenta de nuevo...

Viktor traga saliva y mira a Roma.

-Erick no está feliz con tu presencia... lo sabes, ¿no?

Mi hermana se ríe entre dientes.

-Él sabía que yo quería su cabeza, no fue ninguna sorpresa...

-Pero si lo fue cuando te aliaste con el equipo contrario... igual, tranquila, ya lo superó y ahora solo te quiere ver muerta.

Mi hermana se ríe pese a que a nadie parece causarle gracia, mientras que mi papá lo apunta en la sien.

-Te dije que no te metas con ella.

Viktor pone los ojos en blanco.

-¡Qué cliché eres!-Bufa y luego mira a Roma-. ¿No te das cuenta que no le importas? Te quiere reemplazar por el simple hecho de ya haber perdido una hija.

Papá se aburre y le pega un culazo con su arma en la sien.

-Cierra la puta boca o te mataré.

Viktor ríe de forma siniestra. Mira a todos y simplemente chasquea la lengua.

-Todos aquí tienen firmado su pacto de muerte-Mira a Roma primero y luego me mira a mi-, pero ustedes dos...

Roma se cansa y a grandes zancadas rompió la distancia entre Viktor y ella, para directamente conectar su puño derecho con la nariz de este. El crujido se oye en todo el lugar y la sangre no tarda en aparecer. Sin embargo nadie parece querer ayudarlo.

-¿Desde cuándo trabajas para ellos?-Pregunta Oliver apareciendo en la escena.

Su sonrisa es tan cínica que eriza mi piel. De golpe entiendo por qué vino aquí, salgo de mi lugar y me acerco a él.

-Nik, mantente...-Me advierte Roma.

Llevo mi índice a mis labios indicándole que conserve el silencio y gruño en el momento que veo que tiene un micrófono escondido dentro de su chaqueta.

-Hijo de puta-Gruño.

Muy pocas veces en mi vida me he enojado, pero en este momento estoy furiosa, en este momento siento tanta rabia que me es imposible pensar con claridad. Estoy poniendo a mi familia en riesgo y este imbécil se está riendo prácticamente en mi cara.

La rabia se apodera de mí y sin dudarlo le arranco el artefacto. Todo en mi visión es rojo, por lo que apenas soy consciente de cómo fue, pero lo tengo con mi arma en su nuca mientras tiene su frente apoyada contra la madera de mi escritorio.

-Respondes bien o te disparo-Le hablo entre dientes-. Una sola respuesta equivocada y te juro por mi hijo que teñire está oficina con tu sangre.

-No te atre...

Su frase queda cortada debido al sonido de como le saco el seguro a mi arma. Siento la mano de Oliver sobre mi hombro, pero aún así mi visión se encuentra nublada.

Última vuelta [Daniel Ricciardo] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora