Capítulo 39.

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3 de Febrero, 2022.
Londres, Inglaterra.

Madison: Gracias por prestarme a Damon hoy.

Me río entre dientes al leer el mensaje de la rubia. Hoy Charlie apenas vio a mi hijo no lo podía soltar, por lo que en este momento se encuentra en la casa Leclerc hasta luego de la merienda. Amo la amistad que mi hijo y la pequeña tienen, bah... No sé porque siento que eso terminará en algo más que una amistad. Díganme bruja o lo que quieran pero veo como ambos se comportan alrededor del otro y pese a su diferencia de edad y todo se entienden, además del instinto de protección que hay de parte de mi hijo.

Yo: Dile que se porte bien.
Yo: Y si llegas a necesitar que lo vaya a buscar solo me dices.
Madison: Es un niño muy dulce, Nik, siempre se porta bien.
Madison: Charles los vio juntos y no deja de bufar.
Madison: Dice que tener posiblemente a Daniel de familia es su peor pesadilla.

Una carcajada se me escapa.

Yo: Daniel dice que es muy pequeño.
Yo: Igual me es imposible opinar cuando me enamoré de Daniel cuando era una niña.
Madison: ¡Eso mismo le dije!
Madison: Me prohibió terminantemente hacer algo para emparejarlos cuando sean más grandes.
Madison: ¿Qué opinamos?
Yo: Eso es ser mala persona.

Dejo mi celular sobre la mesa y me dedico a leer los mails que aún no he contestado de Roma, Rachel y Oliver.

-¡Rusa!-Escucho que me llama Daniel.

Tomo un último sorbo de mi taza de café, para levantarme de mi lugar y caminar hasta nuestra habitación donde lo encuentro con el mono de Red Bull. Dios sabe que me gustaba el de Mclaren, pero es que el que lleva ahora puesto es mucho más serio, el azul oscuro y Daniel Ricciardo son una combinación letal.

-Por Dios-Murmuro haciéndolo reír mientras acerco mi cuerpo al suyo.

-¿Entonces te gusta?-Pregunta con esa sonrisa pícara que me puede tener de rodillas ante él.

Lo empujo con cuidado haciendo que se siente sobre el sofá que tenemos aquí, me subo a horcajadas sobre su regazo y sin mucho problema paso mi lengua por su cuello.

-Oh...

-Tenemos la casa sola por bastantes horas, pretendo aprovecharlas, ¿sabes?

Me separo un poco y hago que mi camiseta desaparezca. Sus ojos se instalan en mis pechos cubiertos por un brasier de encaje negro y en mi vientre desnudo.

-Nunca me voy a cansar de esto-Suspira para tomarme de la barbilla y hacerme mirarlo-. ¿Por qué eres tan hermosa?

Muevo mi trasero generando fricción, hecho que lo hace gruñir y llevar su mano a mi cadera.

-Se una chica buena, rusa...

Sonrío con inocencia.

-¿No lo soy acaso?-Murmuro volviendo a generar fricción.

-¿Te gusta follarme en seco?-Me susurra al oído haciéndome cerrar los ojos del placer.

-Me gustaría que estés dentro de mi, pero...

Él gruñe y me toma del cabello para que lo mire.

-Joder, mírame.

Mis ojos se encuentran con los suyos, porque soy una muy buena mujer.

-Por Dios, eres hermosa, mi reina.

Me sorprenden muchas cosas de esta situación, pero la fundamental es que yo soy normal, osea, el mes pasado estuvimos en California de vacaciones y ví como las mujeres lo veían, ví como súper modelos se acercaban a él en busca de algo y jodidamente ví como él rechazó a todas mostrando un anillo que le regalé en navidad, el cual lleva puesto en su dedo anular.

Última vuelta [Daniel Ricciardo] ✓Where stories live. Discover now