57. Tú nos cambiaste la vida

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Y es lo que hago, llorar, porque entre que me acaban de decir que estoy embarazada de mellizos, que tengo las hormonas revolucionadas, y los nervios a flor de piel...en fin, que soy un puto cuadro ahora mismo.

- Todo saldrá bien cariño. Vamos a poder con todo, los dos. Y si no podemos, ya vemos lo que hacemos

Asiento a sus palabras y vuelvo a poner mi cabeza en su pecho. Estamos unos minutos más así. Pau me agarra de la mano y caminamos por el paseo hacia un puesto de helados. Nos pedimos dos y nos los vamos comiendo mientras paseamos.

- Vamos a vivir el día a día Roni. No pensar más allá y ya está. O nos volveremos locos con el y si

- Me parece bien Pau

Aprieto su mano y sigo comiendo mi helado. Dios, es que aún lo pienso y es para volverse loca. Dos bebés. Dos pequeños Torres en mi barriga.

- Sabía que cumpliríamos nuestra promesa - me dice Pau relamiendo su helado

- Pues ya sabías más que yo Pauet

- No te lo he dicho nunca, pero ese papel me trajo suerte Verona. Lo metí en una libreta y la llevaba siempre en la mochila. Y luego, en la bolsa de entrenamientos. De hecho, está doblado y lo llevo en mi cartera

- ¿En serio? - le pregunto parándome en mitad del paseo casi sin poder creerlo

- Si, en serio. Me ha acompañado en todo momento. Era una manera de tenerte cerca de mí

Las mejillas de Pau adquieren un tono rosado adorable y a mi me entran ganas de llorar. Abro mi bolso buscando el pequeño neceser donde llevo de todo, gomas del pelo, un cepillo de dientes, pinzas... Y ahí está, sonrío al sacarlo y se lo enseño a Pau triunfante

- ¡No me lo puedo creer! ¡Aún lo guardas!

Pau me quita de las manos un llavero de madera con mi nombre. Fuimos de excursión a Barcelona con el instituto y él lo encontró en un puesto callejero y no se lo pensó dos veces a la hora de regalármelo, sobre todo porque encontrar mi nombre, era muy difícil.

- Yo también tengo un amuleto de la buena suerte

Mi marido me agarra de la cintura y me planta un besazo en los labios.

- Tú si que eres mi amuleto Roni. Desde que estoy contigo mi vida tiene otro sentido porque tú le das sentido. Eres la mejor parte de mi vida

 Eres la mejor parte de mi vida

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Más tarde

Cuando les hemos dicho a todos que eran dos bebés, se han puesto como locos chillando y riendo. Mi madre no paraba de llorar y estaba muy feliz. Aunque Tania está un poco seria desde que acabamos de comer. Pau la ha regañado un par de veces porque estaba jugando con el tenedor tirándose encima la comida, y la castigado sin postre.

Dejo en la cocina a las abuelas y busco a mi hija por toda la casa. La encuentro sentada en las escaleras de fuera, en el porche. Me acerco a ella y me siento a su lado.

𝓛𝓪 𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪Where stories live. Discover now