El día que Pau y Verona se hicieron una promesa , no sabía que un día la tendrían que cumplir. Eran dos crios jugando a ser adultos. Dos críos que escondían sus sentimientos y que nunca se atrevieron a decirse que se querían.
La vida les hizo separa...
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Jueves 11 de julio de 2024
Sevilla
Suerte que hoy el concierto es en cubierto porque está cayendo un tormentazo de la hostia en Sevilla. Miro por la ventana apoyando mi cabeza en el cristal. Llevo casi dos meses sin verlo. Dos meses de tortura. Me he perdido tantas cosas de su vida. Me hubiera encantado estar con él cuando España perdió las semifinales de la Euro contra Italia. Haber cogido su mano y consolarlo. Aún me duele cuando recuerdo como lloraba cuando terminó el partido.
Dos meses en el que he mirado su instagram doscientas veces. No ha subido casi ninguna foto. Lo echo de menos con cada puta fibra de mi ser. Esta incertidumbre de no saber nada de él me mata. Como también me mata el no poder estar con él.
Debí decirle que lo quería. Si, debí hacerlo. Pero luego pienso en su cara de prepotencia mientras me miraba y casi me obligaba a decírselo que ese arrepentimiento se me pasa. Rebeca dice que está hecho una mierda. Que está cabreado un día si y otro también. Pues como yo entonces. Estoy que hecho humo. De la frustración y de la tristeza.
Mi teléfono suena mientras veo como un rayo cruza el cielo de Sevilla. Lo cojo con el corazón latiéndome muy deprisa. Siempre pensando que sea él. Que me llama y que me pide que vaya a su lado. Y lo haría. Saldría corriendo así estuviera en el mismísimo infierno. Pero no, no es Pau. Es Ferrán. Descuelgo con una sonrisa intentando que no se me note lo triste que estoy.
- Hola Ferrán -le digo dándome la vuelta para sentarme en la cama
- Por tu voz estás de puta madre eh, Veronita
- Como me conoces... ¿y la niña? ¿y Rebeca?
- Todo bien. Rebeca nerviosa. Joder, que en dos días me caso Verona
- Así es. Con la mujer de tu vida -le digo sonriendo como si estuviera aquí conmigo sentado a mi lado
- Es como un sueño Verona. Ya mismo hará casi tres años que nos conocemos y han sido los tres años más maravillosos de mi vida
- Como me alegro Ferrán. Es muy bonito que vayas a pasar el resto de tu vida con la mujer que quieres...
Nos quedamos en silencio unos segundos en los que yo me muerdo la lengua por no llorar que es lo único que quiero.
- Está hecho una mierda -me dice él mientras yo me muerdo los labios- le falta llorar por las esquinas
- Ya. Yo tampoco lo estoy pasando muy bien que digamos
- Verona, me caso el viernes y aún no estás aquí...¿es que no vas a venir?
- Pues no lo sé Ferrán...es que...ir allí y ver a Pau y que ni nos hablemos...
- Ya, pero es que resulta que quien se casa soy yo que soy tu amigo y también Rebeca...además, que necesito que me hagas un favor
