55. La señora burocracia

Start from the beginning
                                    

- Pau, no puedo más, voy a correrme

Acelero las embestidas mientras muevo mi mano cada vez mas deprisa. Mi boca va hacia su cuello y la beso y marco con mis dientes. Noto que va a tener su orgasmo porque aprieta sus piernas y por los escalofríos que recorren su cuerpo. Su liberación hace que yo también lo haga. Siento todo mi cuerpo vibrar y estallo dentro de ella. Siento como la lleno por completo y como una revolución se desata.

Abrazo a Verona y después de besar su cuello de nuevo, salgo de su interior. La giro para ver como tiene la mejilla sonrosadas y una cara de satisfacción que no puede con ella. La beso lentamente disfrutando de nuevo del sabor de su boca.

- ¿Estás bien nena?

- Si, lo estoy. Te quiero mucho Pau

- Y yo a ti...y ahora, ¿me cuentas lo de Morata?

Miro a Verona apretando mis labios

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Miro a Verona apretando mis labios. Ella mueve uno de sus dedos repiqueteando encima de la mesa. Alza sus ojos y frunce las cejas mientras me mira.

- ¿Y cuando me lo ibas a contar? -le pregunto intentando mantener la calma y si, los celos, los putos celos que no he sentido nunca por nadie excepto por ella

- No es algo de lo que esté muy orgullosa Pau, así que... -me contesta encogiendo sus hombros

- ¿Nunca entonces?

- Bueno, si me remito a lo que una vez me dijiste, no tengo que darte explicaciones por cada tío con el que me he acostado

Chasqueo mi lengua enfadado. Mis propias palabras se vuelven en contra de mí. Estoy cabreado, y mucho. Con ella por no contármelo y por el gilipollas de Morata por haberla tocado

- No, no tienes porqué hacerlo Verona. Pero sabiendo todo lo que hemos pasado por esconder esta clase de cosas, debiste contármelo

Verona se lleva las manos a la cara y se echa hacia atrás en el sofá. Una lágrima resbala por su mejilla y sé que lo está pasando mal, pero esta conversación es necesaria.

- No quiero pelear contigo Pau

- Bueno, dos no discuten si uno no quiere, y yo tampoco quiero discutir contigo

- No me siento orgullosa de lo que hice Pau. Me sentí con una mierda por haberme acostado con un tío casado, sobre todo porque estaba cabreada. Lo siento si no te lo conté, Pau, debí hacerlo, pero, aún siento verguenza cuando lo pienso

Miro a Verona y sé que me dice la verdad. Ella nunca me engañaría. Confío en ella. Y mucho. Nunca me ha dado razones para no hacerlo.

- ¿Qué hacía en Miami? -le pregunto pasando mi mano por el flequillo

- Lo invitaron a la gala. Y supongo que estaría de caza...su mujer está embarazada y creo que le tiró a todo lo que pudo

- ¿A ti también? -aprieto mis dientes furioso. Me jode que haya tíos así que no respeten a sus mujeres. Si las engañan es porque no las quieren ¿no?

𝓛𝓪 𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪Where stories live. Discover now