Pasado un tiempo de apacible calma, Erik termino envuelto en la vida personal de Charles, dejando al descubierto, los problemas familiares que tenia, enterándose así que Charles también había sufrido maltratos por su padrastro, por fortuna, Xavier aun contaba con su madre en ese entonces, que cuido de él en todo momento. Una noche, recibió una llamada informándole sobre la delicada salud de su madre, la noticia logro desmoronar por completo el ánimo de Charles.

Erik, quien tuvo la oportunidad de conocer a la señora Xavier, aunque por como tiempo, llego a admirar el gran temple y serenidad que mostro en todo momento, sin dejar ver algún signo de debilidad derivado de su enfermedad. Era una mujer distinguida y de gran porte, y aunque su rostro lucia inexorable a la vista de todos, solo cuando Charles cruzaba la puerta de su habitación, era que su expresión se relajaba y su mirada se tornaba cálida.

Ese había sido el único momento, en que su madre se permitió ser afectuosa, lejos de todas las exigencias y presión, que como madre soltera, tuvo que vivir a lo largo de toda su vida, tendiendo que ser fuerte para poder estar al frente de la familia. Luego de luchar durante varios meses por recuperar su salud, internada en una clínica, llego ese trágico día, en que su vida termino extinguiéndose, en medio de esas cuatro paredes blancas.

Los últimos dos años no habían sido fáciles para Charles, la muerte de su madre, había cambiado las cosas en gran medida, su actitud afable y la gran sonrisa, que tanto lo caracterizaban, cambio, para convertirse en un hombre más reservado y de sonrisa tímida. Fue como si el gran brillo que hacia relucir su persona se opacara, como una luz que se extingue al caer la noche.

El proceso de duelo fue difícil.

Charles, comenzó a visitar bares locales con mayor frecuencia y a beber. En una de esas tantas noches, Erik se dispuso a hacerle compañía, sentados frente a una barra de tragos libres y esa misma noche presencio esta parte de Xavier que no conocía, llena de excesos y conducta irresponsable, bebiendo hasta perder el sentido.

Preocupado, Lehnsherr invirtió cada hora de su tiempo libre en distraer la mente de Charles, se reunían después del trabajo para compartir una cena, charlar o jugar ajedrez, durante un tiempo, esa rutina pareció funcionar, pero aun así podía ver en lo profundo de sus pupilas, la tormenta de sentimientos que luchaba por contener.

Tras una pequeña lucha interna, Charles logro controlar su bebida, con días buenos y otros malos. No obstante y contra todo pronóstico, aquella tarde lo vio llegar, al mismo lugar de siempre, donde acostumbraban reunirse, luciendo de nuevo esa gran sonrisa que hacia resaltar el azul de sus ojos, esa sonrisa que Erik no había sido consiente de cuanto extrañaba ver, hasta ese momento.

Charles no tardo en contarle el origen detrás de su repentino cambio de ánimo, la causa de todo aquel despliegue de felicidad, se debía a una mujer, una compañera de su trabajo, con la que Xavier inició una relación.

Con la noticia, Erik pudo sentir un gran peso caer al fondo de su estomago, una sensación molesta al igual que amarga, quizás la cena no le había caído bien y por eso se sentía así, cosa poco creíble ya que apenas y había probado bocado desde que charles empezó su explicación.

Después de ese día, su rutina cambio, ahora ya no había cena para dos, ni noches de charlas interminables a mitad de un juego de ajedrez, de nueva cuenta, volvía a este mundo lejos de cualquier cosa relacionada con el ojiazul, de nuevo volvía a ser el mismo y solitario Erik Lehnsherr.

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De no ser por esas esporádicas llamadas que recibía de Charles, no habría tenido forma de saber más sobre él. Un buen día logro convencerlo para verse y por fin presentarle a su novia, Erik asistió al lugar acordado no sin poder evitar cierta antipatía ante la situación. No tenia por que presentársela, Erik NO creía que fuera necesario, después de todo, su opinión no tenia mayor importancia, el solo era un amigo mas, de la larga lista de contactos de Xavier.

Erik estaba seguro, que de haber tenido, la oportunidad de revivir ese día, lo habría hecho terminando con los mismos nefastos resultados. Moira una mujer de cabello corto y sonrisa discreta, que proyectaba seguridad con cada una de sus acciones y palabras, la mujer que hacia feliz a Charles, la misma que lo miraba de esa forma extraña, casi detractora. Fueron una mezcla de silencios incómodos y frases sin terminar, los que confirmaron la teoría de Erik, él no era el único que esperaba a que la cena terminara lo antes posible, Moira tampoco estaba feliz de estar ahí y el saber que lograba molestar aunque fuera un poco a esa casi desconocida mujer, fue el único consuelo que Lehnsherr tuvo el resto de la velada.

Desde entonces, el trato entre Moira y él siempre fue así de tenso, y Erik nunca hizo nada para intentar cambiarlo, una parte de él, se resistía a mostrarse amigable con ella y suponía que Moira compartía su misma aversión.

En los últimos meses, su amistad con Xavier se volvió más lejana, él se enfrasco en su trabajo, una de las pocas cosas que le ayudaban a no terminar envuelto en pensamientos absurdos. Lo único que tenia claro es que ya no tenia de que preocuparse, Charles estaba bien y feliz junto a Moira.

O eso era lo que el creía...

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⏰ Última actualización: May 04, 2015 ⏰

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