Capítulo 32

1.2K 172 13
                                    

Sam no pudo dormir en toda la noche, el pensamiento de que vería al chico que jodió su vida al día siguiente solo le daba más ansiedad, más de una vez se había puesto de pie para recuperar el aire o incluso tomar un vaso de agua para calmar sus temblores.

Cuando llamaron a la puerta no pudo evitar sentir miedo, dejo la taza de café en la mesa de centro antes de caminar hacia la entrada, sus manos sudaban y no dejaban de temblar, antes de abrir tomo aire para calmarse, aunque poco le sirvió

-Cariño...

Willy se encontraba apoyando un brazo en la pared al lado de la puerta, tenía esa sonrisa malévola que trataba de parecer sexy, Sam no pudo evitar pasar saliva al verlo

-Pasa-el pelinegro se hizo a un lado dejando pasar al chico- Antes de todo...

El chico no pudo seguir hablando porque ya tenía los labios de Willy sobre los suyos, sintió asco, pero trato de disimularlo apretando los labios

-No sabes cómo te he extrañado príncipe-el albino apoyo su frente en la de él- Me alegra que por fin recapacitaras

-Solo promete que si regresamos no le harás daño a nadie, ni si quiera a Rubén

El albino se separó riendo, paso su mano por las cosas del departamento, inspeccionando cada detalle

-Tranquilo, no tocaré a tu osito, pero tienes que portarte bien-le dirigió una mirada fría- Si vamos a regresar las cosas cambiarán por aquí

-De...de qu...de que... ¿de qué hablas? -el pelinegro maldijo por lo bajo a sus nervios

-El peor error que pude cometer es darte tanta libertad príncipe, debí ponerte límites, sé que eres muy idiota como para entender los peligros que existen para ti

-Se cuidarme solo

-No Sam, hay que ser sinceros, no te da la cabeza, piensas que todos son de confianza, ni te das cuenta cuando buscan aprovecharse de esa linda carita que tienes-el albino se acercó hacia él acariciando su rostro-Se quieren aprovechar de lo hermoso que eres príncipe, y no voy a dejar que toquen lo mío

Guillermo tomo la cara de Sam entre sus dedos, podía sentir como el apretón aumentaba al igual que el brillo de los ojos del albino, Sam temía por lo que podía pasarle

-Por eso las reglas serán las siguiente y no quiero que me digas nada-con su otra mano el albino comenzó a enumerar- Uno, te irás a mi departamento, el que compartíamos ¿recuerdas? Estaremos ahí hasta que pueda pedir que me transfieran a otro lugar para poder vivir tranquilos

-Pero...-un apretón en su rostro lo hizo callar

-Sin peros príncipe-siguió enumerando- Dos, no saldrás sin mi permiso, y cuando lo hagas estás prohibido de ver a Luzu o Alex

-¡Son mis amigos!-esta vez Willy no solo apretó su rostro sino que camino rápido hasta estamparlo contra la pared- ¡Tengo una veterinaria, un trabajo, no puedo dejarlo!

-Comenzaremos de cero amor, te ayudaré a armar otra veterinaria a donde vayamos a vivir, te apoyaré en todo, pero lejos de esos metidos de tus amigos

-Guille...

-¡Te dije que no hables!-Sam tembló bajo los brazos del chico- Lo siento, no debí gritarte, pero es que no entiendes príncipe, debes hacerme caso por tu bien

El pelinegro quitó su mirada centrándola en el piso, Guillermo lo tenía acorralado entre su cuerpo y la pared, impidiendo que pueda tomar distancia

-La número tres es que me darás tu móvil, nada de llamadas, nada de mensajes, tu única prioridad soy yo ¿bien? -Sam asintió- Y la última pero más importante-el albino presionó el cuello del chico dejándolo sin aire- Si rompes una de las reglas o te atreves a ver el mínimo cabello del idiota de Rubén, juro que no sólo los mato a ellos, sino también a ti

Samuel asintió sin poder respirar, el albino sonrió complacido antes de soltarlo, el tosió tratando de recuperar el aire, pero no levantó la mirada, esa era su manera de decir que estaba de acuerdo con todo

-Ahora ve por tus cosas, te irás conmigo desde hoy, no quiero que te cruces con nadie

El pelinegro volvió asentir antes de caminar a su habitación, tomo una maleta cualquiera y comenzó a meter todo sin ver qué era cada cosa, no quería prestar atención a lo que estaba haciendo, prefería concentrarse en no hacer ruido mientras lloraba. Fue cuando estaba guardando sus últimos zapatos que pudo escuchar el sonido de la puerta y esa voz tan conocida

-¿Qué coño haces aquí?

Sam salió hecho un rayo de la habitación, tenía sus maletas en el hombro y justo cuando vio a Rubén parado en mitad de la puerta fue que estás cayeron al suelo

-Rubén, vete

-Cuando me dijiste ayer que me fuera con Luzu sospechaba que ibas a hacer una locura, pero nunca se me ocurrió que sería está

-Por favor, solo vete, se lo que hago

-No, no lo sabes, y ahora mismo llamaré a la policía

Rubius camino hacia donde estaba el teléfono de la casa, Sam pudo sentir algo frío al lado de su mano, bajo la vista encontrándose en la mano de Guillermo una navaja lista para ser utilizada

-¡Rubén solo vete!-Sam ya había entrado en pánico, no quería que le hicieran daño al chico

-¿Porque Sam? ¿Porque hacer esto?

-Fácil, porque me ama, ¿no es obvio?

-Sam no podría amar a una porquería como tú

-Vamos osito, él nunca me superó, seguro te contó lo que pasamos, lo que sus estúpidos amigos lo hicieron creer, pero el más que nadie sabe que todo lo hice por amor

-¡Casi lo matas! ¡Eso no es amor!

-Sam sabe que fue su culpa ¿o no cariño? -el pelinegro sintió la punta de la navaja en su espalda así que se limitó a asentir- Mi príncipe siempre se culpó de lo que pasó, es por eso que nunca me pudo superar ¿sabes que me siguió mandando mensajes a la semana de estar en el hospital para pedirme perdón?

Rubén lo miro incrédulo, el pelinegro no podía ni cruzar miradas con él, esa etapa le daba vergüenza, era una etapa en donde pensaba que sin Guillermo no podía ser nada por lo que, aunque casi lo matara él se culpó de todo y lo siguió buscando, quería disculparse, quería volver a estar con él chico porque sin él era un simple idiota sin futuro y que moriría solo ya que nadie más lo iba a querer

-Sam...

-Haznos un favor y solo lárgate para que por fin podamos vivir tranquilos-Guillermo le apuntó hacia la puerta

-Sam....-el pelinegro desvió la mirada- Samuel, dame solo una simple señal de que no quieres que te ayude, de que de verdad te quieres ir con él y dejarme, si quieres olvidar lo nuestro por él y juro que no haré nada

El pelinegro no levantó la mirada en ningún momento, tenía unas ganas tremendas de gritarle al híbrido de que no quería irse con él, que quería quedarse a su lado, que lo ayudará porque seguro terminaría muerto a su lado, pero no lo dijo, porque también pensó en que pasaría si lo decía, Guillermo no solo lo mataría a él, sino que se llevaría la vida de sus amigos por delante, y de paso el futuro que Sam veía que tenían junto a Fargan y Auron

Tomo aire antes de agacharse por sus maletas, le dio una mirada a Guillermo dándole a entender que tomara la que no podía antes de mirar al híbrido con pena y decisión al mismo tiempo

-Lo siento Rubius, pero es lo mejor para mí y para ustedes-soltó un suspiro desviando la mirada otra vez, no podía ver la decepción en los ojos de Rubén- Vamos Guillermo

El albino le sonrió al híbrido de oso antes de caminar hacia la puerta con Sam detrás, escucho el suspiro de Rubius a su espaldas pero solo se dignó a levantar la mirada cuando estaba fuera del departamento, ganándose la peor imagen del mundo, Rubén se limpiaba las lágrimas de su rostro mientras se abrazaba a sí mismo, sabía que sentía que lo estaba abandonando, que le hacia lo que su madre hizo al morir dejándolo solo en el bosque, y aunque quiso correr y envolverlo en sus brazos solo se limitó a caminar hacia la salida con lágrimas en los ojos y esa imagen clavada en su memoria.

||Tied Souls|| 🐻Where stories live. Discover now