Capítulo 2

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Un peso sobre él lo obligo a abrir los ojos, la pequeña Kira estaba sentada encima de él mirándola atenta, tal vez esperando que su flojo dueño por fin se digne a daré de desayunar.

-A veces me arrepiento de tratarte como una princesa

Como si lo que dijo le importara tres latas de atún, la pequeña bajo de su regazo saliendo de la habitación. Samuel suspiro antes de ponerse de pie y seguir al felino

Luego de cumplir el capricho de su pequeña niña se dispuso a arreglarse para ir a trabajar, al menos despertarse temprano le sirvió para que desayune tranquilo y pueda darse una ducha relajante.

Salió de su departamento no sin antes acariciar la cabeza de su hija gatuna y se dispuso a caminar para llegar a la veterinaria, una ventaja de ser el dueño es que podía poner hora de llegada para todos, además de vivir solo a 3 cuadras del lugar. Al llegar pudo ver a Luzu recargado en la puerta del local junto con Mónica, su recepcionista, saludo a los dos chicos ates de abrir y adentrarse al lugar, como siempre la mañana seria tranquila, el problema era casi a medio día que la gente comenzaba a llegar como loca.

-Hoy Alex me peto el teléfono preguntándome por "Yogui"- hizo comillas con los dedos- Dice que si muere, el que arruinara su campamento no había servido de nada

-Que buenas vibras manda Alex eh

La conversación de los muchachos llamo la atención de la chica que tecleaba en la computadora desde su posición

-¿Quién es Yogui y porque no me avisaron que esta acá?

-Fue de improviso Moni, do not worry

La chica los miro por última vez antes de regresar su vista a la pantalla, sabía que cuando esos dos se hacían los misteriosos no había quien les sacara su pequeño secreto

-Iré a ver como esta, seguro el sedante ya dejo de hacer efecto

Samuel camino hacia el pequeño quirófano en donde había dejado al oso la anterior noche pero grande fue su sorpresa cuando al abrir la puerta un alto castaño apareció frente a él y para variar estaba...desnudo

-¡¿Pero qué cojones?!

Samuel se tapó los ojos y dio la vuelta mirando hacia la puerta que ahora estaba cerrada

-¿Quién eres y que haces acá?

Saco su celular del bolsillo dispuesto a mandarle un mensaje a Mónica para que avisara que hay un loco desnudo en el lugar, pero antes de que lo pudiera hacer sintió una respiración en el cuello que lo obligo a quedarse quieto. El chico lo estaba olisqueando, y no como si estuviera oliendo su colonia o el olor a shampoo que uso en la mañana, no, lo olisqueaba como cuando un perro quiere conocerse con otro.

-¡Hey!-empujo al castaño lejos de él y se pegó a la puerta- ¡Mantente alejado si no quieres que llame a la policía!

El chico lo miro curioso pero no se movió de su lugar, la cercanía comenzaba a molestar al de ojos amatistas y más considerando que el infiltrado aun no tenía nada que lo cubriera.

Como pudo deslizo su cuerpo lejos del chico misterioso hasta donde había unas de esas batas de quirófano que usaba cuando realizaba una operación. Se la tiro al de ojos verdes, que miro la prenda como si fuera lo más horrible del mundo.

-Sé que no es un traje de diseñador pero al menos úsalo para cubrirte

Aun no entendía como por tanto grito ni Luzu ni Mónica venían, por lo que otra vez trato de mandar un mensaje a la chica pero esta vez sus estúpidos nervios no fueron lo que le jugaron en contra, no, sino el hecho de que se dio cuenta de que su gran paciente no estaba en la mesa en donde lo dejo

||Tied Souls|| 🐻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora