-¿Y cómo sabías que te lo iba a decir ahora?- frunce el ceño, acercando su rostro a el cuerpo desnudo de su acompañante.

-Porque no le has quitado ojo a mis tetas desde que he abierto los ojos.

Fred sonríe pícaramente, enterrando su cara en los pechos de ella.

La mujer suelta varias risas cuando recibe múltiples besos en ambos pechos. Él sube la mirada, para verla desde sus pechos.

-Amaneces preciosa desde que te conozco.

Ylenia acaricia el pelirrojo cabello de su, ya marido.
-Y tú amaneces igual de guapo y sexy desde la navidad del noventa y cinco, que yo recuerde.

El mayor chasquea la lengua.
-Desde antes- asimila, asintiendo antes de volver a repartir besos por sus pechos, esta vez más relajado -. Lo que pasa que ese día tuviste el privilegio de verme despertar.

Ella sonríe.
-Recuerdo cuándo me estaba cambiando en el baño y entraste. Que pervertido.

-Pues bien que me besaste.

-Hombre, ¿qué hago? Si andabas provocándome con esa camisa roja abierta... Fred, andabas muy suelto tú.

-Y tú con ese vestido negro que te remarcaba todo el culo, se te transparentaba el tanga y te subía las tetas.

-¿Se me transparentaba el tanga?- pregunta con confusión. Él asiente - No lo sabía- se tapa la boca con una de sus manos -, ¿por qué nadie me dijo nada?

-Porque todos estábamos atónitos con tu culo- suspira, echándose sobre su estómago.

-Pues alguien podría habérmelo dicho.

-Para mi era mejor opción mirarte el culo.

-Pervertido... Seguro que ahora sí que me lo dirías...- dice, guardando silencio mientras él la escucha -con lo celoso que eres.

-No- responde, subiendo la mirada para verla a los ojos mientras el contestas -, te pasearía por todos lados, todos viendo lo bien que me dan de comer, y lo mía que eres.

Ylenia sonríe.
-Todavía me haces sonrojarme...

El pecoso se tumba a su lado, dejando un beso en su cabello.
-Y tú todavía me haces estar tonto cuando te miro.

-Tonto ya eras cuando te conocí.

Ambos sueltan una carcajada.

-Claro, porque cuando te conocí me dejaste tonto. O eso dice George.

-George dice muchas cosas- alza las cejas, colocándose de lado para verlo mejor.

Su marido asiente.
-Pero esa es cierta- murmura, colocando un mechón cabello castaño detrás de la pequeña oreja de su acompañante -. Me pongo tonto cada vez que te miro.

-Ah, ¿sí?

-Hombre, como para no..- chistea, sonriendo mientras acariciaba el suave brazo de la mujer - con esos ojos tan grandes y preciosos que transmiten una paz que te cagas... excepto cuando estas enojada, que transmiten ternura- sonríe, haciéndola reír -. Esa risa, Merlín... lo más precioso que he oído. Y esos labios carnosos que cada vez que miro lo único que quiero es comérmelos...

-Que afectivos estamos hoy- sonríe la menor, alargando el brazo para acariciar la espalda de Fred mientras él la sigue halagando.

-Esas manos con las que me acaricias, que me hacen sentir escalofríos cada vez que lo haces. O tu voz, que cada vez que la escucho me quita la respiración...

-Fred..- acaricia el pecoso rostro del mayor, suspirando mientras miraba aquellas pecas.

-¿Qué?

-Te amo.

Perfidia || FW || +18Where stories live. Discover now