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A la mañana siguiente, me levanto y me reúno con Hermione en la entrada del castillo.

-Buenos días- dice ella

-Hola- saludo

-¿Qué tienes pensado?

-Improvisaré- digo justo antes de que aparezca Umbridge y nos diriga fuera del castillo.

-¿Y bien? ¿Dónde está ese arma que decís?

-Está en el bosque prohibido

-¿Y qué hace ahí?- dice a la vez que comenzamos a andar las tres

-Es un arma muy poderosa, debia de estar escondida en un sitio donde ningún alumno se la encontrara por sorpresa.

-Mh- dice dubitativa- está bien

Unos minutos de silencio. Cuando estamos lo suficientemente adentradas en el bosque, ella se da cuenta.

-No hay ninguna arma, ¿verdad?

Hermione y yo nos miramos y dejo ver una sonrisa en mis labios.

-¡Imbéciles!- grita la profesora- ¡Cruccio!

De repente un dolor punzante me surge en el pecho. Es tan fuerte que hace que me arrodille y me retuerza, aún así, sin apartar los ojos de la profesora.

-Te lo creíste, profesora

Ella alza la varita, y eso hace que me duela mucho más, y que me retuerza más, aunque sin ser lo suficientemente fuerte para que caiga.

-Merlín creó al hombre y a la mujer para que ambos géneros fueran felices. No importa con quien esté cada uno. El amor es amor. Tal vez de diferente forma, o de diferente color, o de diferente sexualidad, pero es amor.

-¡Cállate!- grita.

Ahora hace otro movimiento con la varita, a la vez que comienza a recitar palabras extrañas, en silencio. 

Un dolor muy punzante surge en mi cabeza, como si estuviera explotando por dentro. Siento que en cualquier momento mis ojos saldrán de las órbitas, que mis labios explotarán y que me quedaré con la misma nariz que Voldemort.

-¡Pare!- grita Hermione, cuando se da cuenta, y me doy cuenta, de que estoy gritando- ¡La está matando! 

De repente un galopeo nos asusta.

Una manada de centauros aparecen delante nuestro.

-¿Qué hacéis aquí, criaturas del diablo?- dice la profesora pasando por mi lado y clavándome su tacón en mi pierna, haciendo que suelte un grito.

Hermione se apresura a venir a ayudarme y, cuando me levanta, sujeta mi brazo por encima de sus hombros y nos quedamos echadas hacia atrás, observando la escena.

-Las chicas son criaturas sagradas- dice uno- si tocas a una, tocas a todas. E iremos a por ti. 

-Que idiotez- dice la profesora- el hombre siempre será más importante que la mujer, siempre estará por encima, como debe ser.

-Eso será en tu mente- dice otro centauro- y ahora te daremos tu merecido por tocar a esa chica, inocente, castigada por el simple hecho de amar.

Le miro con una sonrisa en mis labios y gesticulando un gracias.

Es Magorian. El líder de los centauros del bosque prohibido. Siempre ha sido muy buena... ¿Persona/animal?... Con los niños, y ahora se lo agradezco más que nunca.

Los centauros se acercan a la profesora, que intenta deshacerse de ellos lanzando un hechizo inútil, y le rompen la varita antes de llevarsela cogida por las axilas, arrastrando sus pies con el barro y haciendo que su cara choque con toda rama que se encuentre por el camino.

De repente, una explosión proviniente del castillo, hace que Hermione y yo giremos las caras y miremos hacia el cielo, en el mismo momento en el que una inmensa W se dibuja arriba.

Súbitamente, un par de escobas aparecen, en las que van montadas Harry y Ron.

-¿Necesitais ayuda?-pregunta este último

Unos minutos más tarde, nos encontramos todos en el castillo, cenando, cuando de repente las grandes puertas del gran comedor (el que al final no ha sido utilizado como aula de castigo, gracias a que Umbridge sigue desaparecida en el bosque prohibido) se abren de par en par y una larga barba de color blanco llama la atención de todos.

"Dumbeldore ha vuelto"

Es lo único que se escucha en todo el comedor.

El, por siempre, director se sube al estrado y mira a todos los alumnos, inmóviles y silenciosos.

-Os he echado de menos, alumnos de Hogwarts- sonríe- ya es hora de que todo vuelta a la normalidad

Él mismo mueve la varita y el ambiente oscuro y vacío se convierte de repente en un ambiente feliz y alegre, con las lámparas encendidas, la luna y las estrellas flotando encima de nuestras cabezas.

Todos aplauden y luego vuelven a comer.

Porfin, estando Dumbeldore en el castillo, estariamos todos a salvo.

O eso pensábamos.

GIRL IN RED || Ginny Weasley {wlw}Where stories live. Discover now