—El Señor Jones era el dueño de más de la mitad de estos terrenos, cuando falleció sus hijos decidieron abandonar el pueblo y vendieron todas sus tierras —hablaba la Señora Farrell.

La mujer les contaba sucesos de su vida en este pueblo mientras los chicos buscaban entre todas esas cosas cualquier fotografía que hubiera, se suponía que ella también buscaba, permanecía sentada en una silla revolviendo cajas a su alcance, pero cada cierto rato se cansaba de inclinarse y descansaba mientras sólo continuaba hablando, parecía que ni siquiera le afectara el polvo que se alcanzaba cada vez que movían o abrían las cajas, ellos a cada ciertos minutos tenían que apartarse un momento para respirar lejos de éste.

—Cuando adquirí algunos terrenos, sólo contrataba a los trabajadores para que produjeran en la tierra y pude descansar en mi vejez. No tuve que volver a atender partos —hablaba la Señora Farrell recargada contra su silla mirando hacia el techo.

—¿Judith es su única familia? —preguntó Daphne.

—No, sólo trabaja conmigo, ayudándome en lo que necesite. Aunque como dije la conozco desde que nació —explicó la mujer—. Mi única familia fue mi esposo, falleció hace mucho, mucho antes de que de que Emily llegara este lugar.

—Fue algo muy noble lo que hizo por Emily —habló Daphne—. Darle asilo y apoyarla con el parto. Fue muy amable.

—No lo sé, tal vez no lo fue —negó la mujer, Daphne dirigió la mirada hacia ella—. Nunca me consideré alguien amable, o al menos no tanto. Pude ser más amable y ofrecerle más apoyo para que permaneciera aquí con su hijo, pero no lo hice, no creía que ella pudiera ser una buena madre sólo porque se lo hubiera propuesto de la noche a la mañana, y aunque realmente lo hubiera sido, yo no quería bebés en esta casa, así que cuando dijo que te dejaría en un orfanato me pareció lo mejor —admitió dirigiendo esta vez la mirada a Ethan, Daphne también volteó hacia él. El chico parecía ignorar lo que la mujer decía, sólo continuaba hurgando entre las cosas. Ni siquiera había respondido a las preguntas de la mujer sobre qué hacía ahora o en donde vivía, sólo Daphne había respondido que vivían Forddgul.

En un profundo silencio continuaron buscando sólo Ethan y Daphne. Llevaban ya un rato revisando el lugar, pero no se habían encontrado ni una sola foto.

—Tu nombre es Daphne ¿no? —habló de pronto la Señora Farrell, la chica la miró inmediatamente—. También tienes el nombre de una flor.

—Sí —afirmó la chica—. De hecho, mi madre me nombró por esa planta, cuando nací vio que en mi...

—Encontré algo —habló de pronto Ethan, se levantó y se acercó a la mujer con una pequeña caja en la cual había fotografías—, debe ser alguna de esas.

Le entregó la caja a la mujer y ésta procedió a mirar cada una de las fotos. Eran algunas fotos que parecían tomas desde lo alto del pueblo en las que se veían lo campos cubiertos de flores, otras en la que estaban los trabajadores saludando a la cámara mientras recogían flores, o sólo descansando junto a los campos, también estaban camiones llenos de flores. La mujer se tomó su tiempo de ver cada una de las fotos, Ethan se sintió desesperado cuando ella se detenía a mirar incluso las fotos en las que evidentemente no había ninguna mujer. Ambos chicos permanecieron en suspenso, mientras esperaban a que ella terminara de revisar las fotos.

—No —dijo la mujer después de revisar la última foto—, no es ninguna de éstas.

Los chicos dejaron salir al mismo tiempo un pesado suspiro, evidenciando su decepción por esto.

—¿Está segura de que tenía una foto de ella? —preguntó Ethan, empezando a dudar de eso.

—Estoy muy segura. En algún lugar entre estas cajas está junto a algunas fotos más —aseguró la mujer.

Flor de Daphne ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora