CAPÍTULO 16

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Cuando saliste al pasillo y bajaste por las escaleras sin muchas ganas, Michael y Jason salieron de sus respectivas habitaciones al mismo tiempo, sin querer. Cuando ambos se dieron cuenta de la presencia del otro, se miraron. El enmascarado de Hockey frunció el ceño y apretó sus puños, deseando volver a golpearle, descargar su ira en él hasta derribarlo en el suelo. Michael, a su vez, arrugó la nariz, entrecerró sus ojos bajo la máscara y cerró su mano en un puño, extrañando su típica arma afilada con la que podría acabar con su rival en un segundo, eliminando cualquier protección que te separase de él.

Comenzaron a caminar, acercándose, amenazantes, intentando intimidarse entre sí.

Al estar lo suficiente cerca, Mike fue quien dio el primer paso. Levantó su brazo derecho con rapidez y encontró la forma de enrrollar el pescuezo de Jason y apretarlo sin que el otro pudiese evitarlo; pero no con la suficiente fuerza como para no dejarle respirar.

Voorhees le agarró del cuello del ropaje y encerró la tela en su puño, tirando un poco de ella hacia arriba.

La respiración de los dos era profunda, audible y ronca. Estaban verdaderamente furiosos; sin embargo, no pensaban luchar, ni insultarse, ni defender sus derechos sobre ti, querían amenazarse, darse un aviso. Bien se sabía que ninguno iba a ceder a favor del contrincante. Michael iba a tener que ganarse tu confianza si quería tenerte, algo que sin duda le iba a ser muy difícil.

•••

-- ¡¿Pero qué ha pasado?! -- Preguntaste al aire acercándote preocupada por primera vez por ese loco.

-- Una... zorra... me rompió una botella en la cara. -- Se quejó el chamuscado mientras te aproximabas a su cuerpo recargado en el respaldo del sofá, aguantando el dolor de los cristales que penetraron en su cutis. John estaba a su lado, con el sombrero del demonio entre sus manos.

Una víctima había vuelto a conseguir sacar a Freddy de sus sueños, y aprovechó su estado mortal para golpearle, empujarle y dejarlo aturdido rompiéndole una botella de vino en la cara.

Verlo tan indenfenso y débil te dio la seguridad suficiente para acomodarte a su lado en el sillón. Le pediste a John que te trajera unas pinzas, algodón y alcohol para poder curarle; aunque Freddy no se lo merecía. Recordabas a la perfección lo que ese cabrón te había hecho: evitar que escapases y darte un susto de muerte en tus sueños; pero quizás este acto podría hacer alguna diferencia.

Esperando por que John trajera lo que le pediste amablemente, recorriste el cuerpo de Krueger con tu mirada: su jerséy estaba roto a la altura del pecho, como si le hubiesen arrancado esa zona de la tela, y sus pantalones estaban manchados y rasguñados. ¿Tan dura había sido esa chica? Quizás este asesino no era tan fuerte como tú lo habías imaginado, considerando que parece que quien ganó fue ella.

•••

-- Joder... -- Se quejó cuando sacaste el primer cristal pequeño incrustado en su mejilla. Chasqueaste la lengua por estar ayudando a ese desgraciado, y depositaste el vidrio en una pequeña cajita que estaba a tu lado. Él no disfrutaba para nada lo que estabas haciendo; pero, le valía la pena aguantarse con tan solo poder disfrutar de las caricias de tus manos en su cara para estirar su piel y poder encontrar los cristales. -- ¿Podrías ser más cuidadosa, coño? -- Cuestionó molesto con sus ojos cerrados y encerrando en su puño la funda que cubría el sofá, más bien jugando que regañándote. Le gusta joderte ¿recuerdas?

-- Perdón, su majestad... El próximo cristal se lo quitará el señor Michael que seguro que tendrá más cuidado. -- Respondiste sarcástica con una mueca seria.

Cherish your life (𝑆𝑙𝑎𝑠ℎ𝑒𝑟 & 𝑇𝑢́)Where stories live. Discover now