My Little Birdie.

22: Sonámbulo.

Contaría como sucedió todo, pero siempre me gusta ir por la acción. Seré grafico aquí, es igual que el porno, cuando empieza todo es super aburrido e irritante y ni siquiera logras una erección, entonces lo adelantas donde la acción comienza ¿No es más divertido así? ¿No? Okay, de todas formas, y antes de que pienses que yo me estaba follando a ____ (que era lo menos que estaba haciendo, no se preocupen). Yo me encontraba en su cuarto, y no, yo no estaba follando con ella, lamentablemente, mi pene estaba tan triste como mi humor. ¡Oh, bueno! ¿Con que más lo iba a comparar? Al final todo se trata sobre eso, es lo que diría Louis.

____ esta mirándome con enojo, lo sé aun cuando la estoy mirando de reojo, siento como todo su odio malvado (¿Cómo entrara tanto odio en su cuerpo?) no me sorprendería si en cualquier momento me golpeara con algo en la nuca y me matara para luego enterrarme en alguna parte donde jamás me encuentren, ¿quizás me tire al mar? ¿Mañana despertaré en algún bosque? Solo el tiempo lo dirá.

—Iré al baño —me dice. Oh, pero lo que realmente intenta decir es que "buscaré un cuchillo y luego te cortaré la garganta, no tardo"—. No toques nada.

Me siento en la cama y espero los minutos antes de mi muerte. Su habitación es amplia y demasiado estúpida, tiene todos estos libros aburridos y cosas de chicas. Ni siquiera sé porque le dije que había paparazzis siguiéndonos, porque eso fue exactamente lo que hice mientras conducía a su casa, una furgoneta estaba detrás de nosotros y lo vi como una oportunidad ¿Oportunidad para qué? Te estarás peguntando, y yo te voy a contestar: Oportunidad para que me corten el pene.

Oh, quizás lo hice porque me resulto divertido en ese momento fingir que unos camarógrafos nos perseguían, lamentablemente no es tan dramático como suena, de hecho, los paparazzis no están allí a menos que los llamen o alguien les haga saber que estás en algún lugar exacto, así que las posibilidades que realmente unos camarógrafos de verdad nos hubieran estado siguiendo eran bastantes pocas.

Soy un hijo de puta, era la única razón por la que mentí. Pero realmente no me importa mucho cuando ____ vuelve a la habitación con una camisa básica y un pantalón de Los Ositos Cariñositos. ¿Y quien dice que los sueños no se pueden cumplir? Yo siempre deseé verla así y ni siquiera lo sabía.

Me rio de ella porque me gusta molestarla, me di cuenta, se ve bastante bonita cuando se enoja, ella me muestra su dedo corazón y se vuelve a dar la vuelta.

— ¿A dónde vas? —le pregunto, con un poco de pánico. No quiero que alguien entre y me sorprenda aquí, ¿Qué pasa si su papaá es uno de esos locos con escopetas? No gracias.

–Traeré algo de ropa, apestas —me responde saliendo de la habitación y cerrando la puerta silenciosamente.

Huelo mis axilas, y oh, no huelo tan mal. Es olor masculino, ¿sabes? Olor a masturbación y fragancia italiana y todo eso. Si, tan sutil como suena. Aunque a veces más uno que lo otro.

Abro un cajón de su mesita de luz aunque sé que es mal fisgonear cosas que no son mías, pero hay material de oro aquí, podría encontrar desde una daga hasta tampones. Pero todo lo que tiene es revistas y un cuaderno. Cojo el cuaderno y lo observo, no tiene nada especial pero se ve sospechoso.

Quicas escribe sus deseos sexuales conmigo aquí, o tal vez escribe las diferentes formas de asesinarme, podría descubrirlo en cualquier momento. Sorprendentemente, cuando lo abro, encuentro poemas que me hacen sonreír, (no están exactamente dirigidas hacia mí, pero imaginemos que sí), aunque podrían ser canciones, ahora que lo pienso. ¡Quién lo hubiera imaginado! Mi chica resulto ser talentosa.