Capítulo 8

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Narra Reiko: Termino el boceto antes de lo esperado, lo observo seria hasta que me doy cuenta del toque en mi hombro, al voltearme veo a Sonny.

— Capitana es hora de salir.

Asiento con la cabeza, cierro la libreta y me saco los auriculares desconectándolos y guardandolos.

Me coloco en nuestro nuevo campo observando la portería viendo a Joe por lo que sonrío emocionada.

— Ya está Joe en la portería.

— Si al otro lo echaron, ¿no te enteraste? — enarca una ceja Sonny.

— No, estaba dibujando, bueno, entonces vamos a ponernos serios — sonrío relamiéndome.

— Ca-capitana, es solo un partido — le cae la típica gotita anime

— Un partido la mar de interesante — alzo mi brazo hacia Joe desde mi posición como retándole con la mirada.

Ante esto él suelta una sonrisa chocando sus puños como diciendo "aquí te espero". Bajo el brazo y lo coloco en mi cintura sintiendo la mirada de Nathan sobre mí, llevo mi vista hacia atrás mientras los árbitros hablan entre ellos.

— La defensa está muy atrás, ¿no? — ladeo la cabeza un poco.

— ¿Eh? — voltea la cabeza mirando hacia atrás confuso para luego mirarme. — ¿A qué se refiere capitana?

Río un poco haciendo un pequeño pat pat en su cabeza.

— Era broma, eres igual a Mark, en todo cielo — miro a los árbitros de reojo. — ¿Cuánto más piensan seguir hablando? — murmuro.

— Ya acabaron.

Acto seguido cada árbitro se va a su sitio, me coloco en el campo carraspeando un poco, el pitido suena indicando que el partido comienza, velozmente pasan entre nosotros dirigiéndose a la portería.

— Y yo que quería enfrentarme a Joe — bufo dando la vuelta yendo a por ellos. — ¡No dejéis que tiren!

Mientras corro no puedo parar de pensar en ese día, ese fatídico día…

Flashback:

Me encontraba jugando al Shogi con Jude ante la atenta mirada de todos los demás del Raimon, me toca mover a mí, muevo ligeramente mi mano hacia la ficha del caballero cuando abren la puerta del club dejando ver al director y al subdirector.

_ñ— Dejad de jugar, tenemos que hablar con vosotros — ordena el primero.

— ¿Qué ocurre director? — pregunto volteando mi cabeza separando la mano del tablero.

— El Raimon se disuelve.

— ¿¡QUE!? — exclaman todos menos yo quién aún estoy procesando, al darme cuenta me levanto acercándome a él.

— No puede disolver el Raimon nos hemos esforzado mucho para llegar hasta donde estamos.

— Solo será de forma temporal — habla el subdirector.

— ¿A qué se refiere? — pregunta Nathan.

— Me refiero a que he hablado con los directores de otras escuelas y al ser los ganadores del torneo, hemos decidido que cada uno os vayáis a otro equipo para ayudarlos a mejorar.

— Eso no es justo — protesto. — Nosotros queremos ganar el siguiente torneo

_— La decisión está tomada — habla serio el director. — Subdirector, por favor, entrégale a los jugadores los papeles con sus nuevos equipos — luego nos mira. — Os vais mañana — tras esto se va.

El legado del RaimonDove le storie prendono vita. Scoprilo ora