Capítulo 5

9 4 4
                                    

Narra Reiko: El pitido inicial suena, comienzo a correr con el balón esquivando a mis oponentes, le paso el balón a Trevor mientras me emto entre los jugadores buscando una salida hacia la portería, al encontrarla observo a César con la pelota.

— ¡César aquí! — grito elevando la mano.

Un jugador se pone delante de mí bloquéandome, entonces él se la pasa a Sonny.

— Je, ¿creías que iba a ser tan fácil? — le miro sonriendo. — ¡Vamos Sonny, Max, Basile!

Ellos lanzan con su supertécnica y marcan.

— ¡Ole! ¡Así se hace chicos!

En el descanso sonrío levantándome.

— Tenemos que continuar así y ganaremos el partido chicos.

— Tenlo por seguro capi — sonríe Sonny.

Al empezar la segunda parte todo comienza normal, al principio nos lo ponen difícil para acercarnos y así hasta que nos acercamos a los últimos 5 minutos de partido.

— Sonny — exclama Trevor.

El balón me llega a mí que avanzo velozmente, lanzo el balón al aire mirando seria al portero.

— ¡Caída al infierno! — grito golpeando el balón.

Justo cuando caigo al suelo suenan los tres pitidos finales indicando que el partido había terminado.

Lo hemos conseguido… Hemos entrado en el torneo…

Dos días después me encontraba en casa de Jack limpiando la cocina mientras él veía la televisión a la vez que comía las galletas que le hice mientras hablaba por teléfono.

— Alan no puedo ir, después de aquí tengo que ir a entrenar, el partido del Brain está muy cerca — protesto escurriendo la fregona.

— No podrás jugar esta noche sin el mando, tienes que venir.

— ¿Y no puedes traérmelo? Me voy a sentir super incómoda.

— Tampoco es para tanto.

— Oh discúlpeme señor, no recordaba que nunca te habías encontrado en una situación en la que ibas a un instituto al que no vas para nada a buscar solo un mando de consola al club de fútbol.

— Pues no nunca, oye te dejo que va a empezar la reunión, nos vemos en un rato.

— Oye no me cuel… — no puedo terminar porque me cuelga. — Maldito idiota.

Guardo el teléfono, tras dos minutos termino y dejo las cosas en su sitio acercándome al dueño de la casa.

— Jack me voy, tengo que ir a la Royal Academy, luego te traigo más y descansa — salgo por la puerta sin recibir respuesta.

Mientras entró en la Royal me comienzo a hacer una coleta alta sintiendo todas las miradas en mí, me detengo al ver dos pasillos, observo a un grupo que se voltean y me miran de arriba a abajo con una sonrisa lasciva.

— Disculpad estoy buscando el club de fútbol, ¿podríais decirme dónde está? Tengo prisa.

— Claro muñe… — le pongo una mano frente a la cara para que se detenga.

— No sigas por ahí, preguntaré a otra persona.

Me acerco a una chica que está sola y le sonrío.

— Disculpa, ¿podrías decirme dónde está el club de fútbol?

— Oh claro, justo iba a para ahí

— Gracias

La sigo de cerca hasta el campo en donde no hay nadie.

— ¿Dónde están?

— Están en una reunión, vendrán ahora, puedes sentarte si quieres, supongo.

— No gracias, prefiero estar de pie — observo un balón y me acerco comenzando a darle con la punta de los pies levantándolo para posteriormente darle con las rodillas.

— ¿Y a qué viniste?

— A por mi mando de consola, el rastrero de Alan se lo llevo y no puedo jugar sin el

— ¿Juegas al fútbol?

— Si, estoy en el Raimon.

En ese instante escucho voces por lo que miro al túnel que deja ver a los de la Royal menos Alan, al verme enarcan una ceja.

— ¿Qué haces aquí? — pregunta Nathan.

— Vengo a por mi mando de consola que tiene Alan — dejo el balón en el suelo observando aún al equipo

— Felicidades por vuestra victoria — habla David.

— Gracias David, felicidades a vosotros también — le sonrío levemente. — ¿Contra quién es vuestro siguiente partido?

— Contra los otakus — responde Caleb.

— ¿Y el vuestro? — me mira Nathan.

— Contra el Brain, parece ser que si ganamos este partido y vosotros el vuestro nos enfrentaremos — suelto una sonrisa divertida. — Espero con muchas ansias ese partido, que lo sepáis.

— Nosotros también — sonríe David.

En ese instante señalo al túnel.

— Alan mi mando ya — le miro seria.

— Oh, no esperaba que vinieras, pero voy — se va otra vez.

— Como iba diciendo — miro otra vez a la Royal. — Será mi primer partido contra uno del Raimon.

— ¿Y Jack? — me mira raro Nathan.

— Oh, vengo de su casa, se hizo un esguince dos días antes del partido y no pudo jugar, el pobre tenía muchas ganas de jugar pero no pudo.

— Oh, no lo sabía.

— Por que no se lo dijo a nadie, yo me enteré por el partido, ya sabes como es Jack.

En ese momento se escucha un grito.

— ¡Ooh! ¡Una chica linda! — grita un chico con colmillos de vampiro. — Bella dama, mi nombre es Grot….

— No me importa tu nombre, no gastes saliva innecesariamente.

— Es un pesado, solo ignóralo — dice Joe.

— Ya lo veo — murmuro.

— Pero es de buena educación decirle mi nombre a una bella dama como tu

— Alan trae el mando — hablo alto.

— Grotley a sus servicios — iba a agarrar miano cuando una chica le lanza una botella a la cabeza haciendo que se caiga.

Me separo despacio observandolo.

— Ya deja de joder — lo mira mal, luego me mira a mi. — Soy Amira, mánager de la Royal Academy, un placer.

— Yagami Reiko, un placer.

Entonces llega Alan con el mando y me lo entrega, le miro seria agarrandolo para que luego él mire a Grotley.

— Que molesto — dice agarrando su botella del suelo.

— Y no vuelvas a agarrarlo ¿oíste?

— Si si — bebe un poco.

— Bueno, mucha suerte en el partido, chao.

Luego de que se despiden me voy de allí.

Al llegar al club luego de parar en el orfanato, me voy a cambiar velozmente y me dirijo a entrenar.

— Ya estoy aquí, disculpad tuve que ir a la Royal Academy.

— Oh, no te preocupes, vino alguien a verte — dice Sonny

— ¿A verme? ¿A mí? — enarco una ceja.

— Sí, está en la sala del club — sigue César.

— Está bien, enseguida vengo.

Me voy de allí hacia la sala al entrar sonrío emocionada. No puede ser….

El legado del RaimonWhere stories live. Discover now