Capítulo 1

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Año 2015.
Último año escolar.

Amy

Mis piernas dolían por la fuerza en la que me encontraba corriendo por todos los pasillos del instituto, estaba llegando mas de veinte minutos tarde a la clase de literatura, quien la daba el profesor Hoffman, el mismo del año pasado y el cual sabia de mi falta de puntualidad. Esto estaba yendo bastante mal.

Respire hondo cuando estuve en frente de la puerta del salón de clases y me prepare mentalmente para tocarla, así como también para perder mi dignidad, otra vez, excusándome con el hombre por mi falta de responsabilidad. En menos de un minuto, esta se abrió revelando a un lobo gris mirándome con el ceño fruncido sobre sus anteojos, su cara notablemente irritado por mi mala costumbre de llegar casi siempre tarde a su clase. Le di una sonrisa tímida intentando ocultar la vergüenza que me comenzaba a invadir.

-Rose- pronuncio firme, intentando intimidarme con sus ojos sobre mi-. Así que dígame, ¿Cuál es su escusa esta ocasión?

-Me quede dormida- confesé antes de que pudiese evitarlo.

Apreté mi mandíbula y me golpee mentalmente por la estupidez que había dicho y, lamentablemente, ya no podía revertir. Tal vez no debí decir eso. Tal vez debí mentir y no decir la verdad.

-Bien- me sonrió con sorna-. Espero y para la próxima no se duerma.

Por un segundo pensé que me dejaría pasar, pero no fue así. El lobo se metió de vuelta al salón y solamente me dedico una agitación de mano por parte suya.

-Profesor...- intente hablar.

Aunque entre sus planes, no estaba el escucharme, por lo cual solo me interrumpió.

-Hasta la siguiente clase, Rose, y agradezca que no la llevo a la dirección. 

Sin mas que decir y yo sin que defenderme, cerro la puerta. Me quede estática en mi lugar, sin moverme o siquiera parpadear, estaba anonadada repasando lo antes ocurrido. No podía hacerme esto. No lo habia hecho. Pero que digo, si lo había hecho. ¡Oh genial!

Volcando los ojos con molestia, bufé para girar sobre mi propio eje y caminar por el pasillo para así arrastrar conmigo mi dignidad. Esta era la primera vez que me dejaba fuera del salón. Había llegado tarde en unas cuantas ocasiones. Unas cinco, seis o nueve veces. Aunque pensándolo bien, casi siempre llegaba tarde, pero cumplía con mis tareas, siempre trataba de prestarle atención, a pesar de que me diera sueño su clase. Literatura me aburría, simplemente lo hacia. Me gustaba leer, pero no las historias que el solía dejar. Llegaba tarde a las clases por el simple hecho de que me molestara despertarme temprano, era amante de dormir hasta muy tarde, y eso me dificultaba oír el despertador.

Rendida, infle mis mejillas y me encamine hasta las gradas, el pasto del campo hacia contacto con la azuela de mis zapatos y el aire revolvía mis púas (cabello) tapando mi rostro. A lo legos en una de las gradas donde la sombra caía ligeramente, un cuerpo se encontraba sentado a  horcajadas dándole la espalda al campo, el cual se encontraba desierto. Ni equipo de rugby, ni equipo de futbol. Ladee mi cabeza y desinfle mis mejillas al observar como saco algo del bolsillo de su pantalón y empezó a rasgarlo. Mi curiosidad despertó haciendo que caminara vacilante hacía el, subí cuidadosamente cada grada, pero sin ir a su dirección. Aunque este día había despertado con el pie izquierdo, ya que estaba apunto de llegar a su altura, cuando torpemente mi zapato se resbalo y caí a bruces.

-Rayos- me queje cerrando los ojos para suplicarle al cielo que me desapareciere.

Apoye ambas manos sobre el puente de metal y ejercí fuerza para poder levantarme, sin embargo, no pude. Mi brazo dolía. Sentí la mirada de alguien y supuse de quien era, con la humillación cargando sobre mis hombros, alcé mi vista para encontrarme con la mirada carmesí eléctrica del chico, se encontraba de pie mostrando con firmeza su ceño fruncido.

Boulevard (Versión Sonic) (EN PAUSA)Where stories live. Discover now