Prologo

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La tormenta de problemas ya había terminado, ahora, solo quedaba una pequeña llovizna sobre sus corazones. Shadow y Amy quizá que no eran el claro ejemplo de las almas gemelas, tampoco el prototipo de la relación perfecta y, aunque eso no existiera, ambos le pusieron definición a lo que ellos dos crearon.

Ella dió un suspiro melancólico, al ver lo que el estaba haciendo.

-No lo hagas, si sigues así algún día saldrás herido- Indico en un severo susurro la eriza, dejándole en claro que no le gustaba lo que estaba apunto de hacer.

Shadow la miró burlón, encogiéndose de hombros mientras sacaba una pistola, de la cual ella ya se estaba acostumbrando a ver.

Era una grata compañera amigable para el, pero una mala destrucción a la vez. De eso estaba consciente, aunque eso no le importara.

Amy bufó rendida ante lo susodicho por el azabache, no entendía porque Shadow quería eso, aunque pensándolo bien, no entendía nada de lo que viniese de el. La palabra incógnito lo definía demasiado bien para su comportamiento. La mente de los hombres, o quizá solo la de el, era demasiado complicada de entender.

-Al menos no lo hagas en frente de mí- irritada, ella soltó abrumada por todo.

Y al decir por todo, no solamente era por la gran escena que el chico le estaba proporcionando a su al frente. Si no, por aquello que estaba pasando a su alrededor. 

Amy sabia que bien podría darse la vuelta e irse lejos de ahí, pero no quería hacerlo. Al instante que vio como los labios de Shadow se separaban, se preparo para cualquier frase tajante proveniente de él.

-Yo no te estoy reteniendo, te puedes marchar- mascullo jocoso.

Alejandose de ella, miro por la mira de la pistola apuntando a aquella calle vacía donde solamente se podía sentir el ligero viento, era uno frio y agradable. Perfecto para ambos en estos momentos.

Shadow apunto la pistola a la cabeza del hombre encapuchado que pasaba y sin rechistar o siquiera disimular, disparo. Amy lo miró con un poco de miedo y melancolía, ¿lo debía de dejar aquí solo? En realidad no quería irse. Quería quedarse, como hace unos minutos atrás bromeaban sobre aquel apodo que a el le parecía tan ridículo. Ella tragando su dignidad y orgullo dio una gran mocana de aire y se dispuso a ir a su lado y invitarle a sentarse.

-He oído de ti últimamente por los pasillos del instituto- fue el quien rompió el silencio-. Eso es nuevo.

-¿De mi?- cuestionó la pelirosa con una mirada inquietante y su ceño fruncido notoriamente dándole de referencia que no entendía su confesión.

-Seh- chasqueo, guardando en su pantalón la pistola.

-Así que le has dado un buen golpe en la cara a Sonic- Shadow soltó mirándole con diversion, embozo una sonrisa y choco su rodilla sobre la de ella.

-Algo así- Amy musito un poco apenada por el tema de conversacion-. Dicen que se ve más atractiva con el.

-Quiza- confeso, pero a la vez, encogiendose de hombros. La menor frunció su nariz por ello.

-¿Deberia sentirme mal?- cuestiono, sin saber que lo que había hecho era correcto o no.

-No- el pelinegro le sonrió de lado con una pizca de diversion, relamio sus labios y dejo salir un poco de aliento entre ellos-, pero al menos ya entiendo porque tu nombre resonaba en los pasillos.

-Creen que soy patetica- Amy río sin ganas, porque estaba segura de que así pensaban todos.

Ambos se quedaron en silencio durante un momento, hasta que el hablo.

-¿Sabes?- la miro-. Deja que se reían de lo patética que creen que eres, al final de cuentas todos terminamos igual- miro al suelo y habló -en un camino de sueños rotos-

Boulevard (Versión Sonic) (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora