The Demon with my Soul [Ver. reescrita] ⋆ Kookv

Capítulo 02

Capítulo 2. Primer contacto

*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas. ¡Recuerda dejar tu voto y comentario, y compartir este libro con más personas!

El lunes a las siete, Taehyung se despertó con la alarma del despertador de su teléfono. Le dio un manotazo al dispositivo y se levantó notando el cuerpo atenuado. Tras una ducha, tomó una aspirina para el dolor de cabeza y salió de casa con el bolso deportivo en un hombro, para sus entrenamientos de natación, y la bandolera con sus apuntes en el otro. Lo dejó en el interior del coche y se dejó caer en el asiento de piloto con un suspiro.

Esos segundos, se pasó una mano por el cabello, con un aire reflexivo. No había vuelto a verle desde la madrugada del sábado, y ya habían pasado más de veinticuatro horas desde que conoció a Jungkook. Tenía una sensación extraña rondándole. A veces se decía que era una fantasía; que estaba mal de la cabeza y se había imaginado lo horrible y hermoso que era. Su voz, producto de las cervezas. Sus labios tomando los suyos, algún tipo de pesadilla macabra y oscura. Y el sexo oral, y, bueno... Estaba confuso por la tensión sexual acumulada con Jimin. Ahora se sentía encogido, acongojado, muy turbado. Tras aquella charla, Jungkook expresó que quería ponerse al día con el mundo del siglo XXI y se esfumó. Y nada más.

Taehyung se mordisqueó el interior de la boca introduciendo las llaves en el contacto, arrancó el motor de su vehículo y se unió a la circulación de la ciudad, camino a la universidad. Las clases pasaron de una en una por el desfiladero de su vida, y tras la hora del almuerzo (que se saltó sin remordimientos), se introdujo en los vestuarios del edificio deportivo y se colocó el bañador. Tenía un entrenamiento de waterpolo, pero su cabeza parecía estar entre las nubes en lugar de en el agua. La tercera vez que perdió la pelota, se sintió desorientado. Un compañero de su equipo pasó por su lado:

—Eh, Kim. Hoy no es tu día, mejor retírate.

Él se mordió la lengua y se quedó allí. Trató de concentrarse y dar lo mejor de sí en la segunda parte del entrenamiento. Quería demostrar que estaba en buenas condiciones, ¿es que siempre tenía que ser perfecto? ¿Es que no podía permitirse de vez en cuando? El agua y los jugadores se movían y entremezclaban rápido, y él se estaba mareando.

Atisbó a una figura vestida de negro a unos metros de la orilla, observándoles, y giró la cabeza enfocando sus ojos hacia allá. No había nadie. Taehyung parpadeó con las pestañas húmedas y espiró una bocanada de aire. Se juraba que había visto a alguien. Le había percibido, como si una nota musical y tétrica le cantara al oído. Casi como si pudiera oír esa voz nuevamente en su cabeza. Pero los únicos que les contemplaban desde allí era el entrenador y el promotor. Los dos hombres vestían camisetas blancas, de manga corta, y tenían los brazos cruzados. Uno con un silbato metálico sobre el pecho, y el otro, con un reloj en la muñeca, que comprobaba de vez en cuando. Conversaban en voz baja entre ellos, cuando posaron los ojos sobre Taehyung.

Sin que el chico se percatara, la pelota voló hacia él y le golpeó en la cabeza. Se sintió ridículo tras las miraditas del resto. Él se deslizó sobre el agua, mientras uno le increpaba para que pasase la pelota, la agarró entre las manos he hizo un remate perfecto. Definitivamente, estaba algo disperso ese día y todos lo habían notado. Minutos después, el entrenamiento se dio por finalizado. Fue el primero en pasarse por las duchas y el primero en salir de allí, aún con el pelo mojado.

A esas horas solo le quedaba meterse en la biblioteca y estudiar lo que le quedaba de tarde. Pasaba por el vestíbulo, de camino a la gran biblioteca universitaria, cuando se detuvo frente a una máquina de bebidas. Introdujo una moneda y se agachó para sacar su bebida.