Capítulo 2

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Desde muy pequeños nos enseñaron el respeto, hacia nosotros y hacia los demás. El respetar nuestra casa era como una religión no había cabida a peleas, golpes u otras cosas. La casa de los abuelos es una de esas casas a la que nunca hay que irrespetar ni de broma.  Y por eso realmente no podía creer lo que mis ojos estaban presenciando, mi prima Amanda esta sobre el lavabo mientras un hombre estaba besando su cuello, ambos estaban totalmente desnudos y desinhibidos. La piel se me erizó al instante de los nervios, cerré los ojos por un momento y volví a abrirlos. ¿Verdaderamente era lo que estaba pasando o es una pesadilla?

— ¡Isabella, cierra la puerta!— gritó de vergüenza al verme.

Escuché pasos que provenían de la escalera y cerré la puerta instintivamente.

El padre de Amanda, mi tío José subió las escaleras y me saludó amablemente.

— Bella, ¿no has visto a tu prima Amanda? Tu abuela quiere presentarle a alguien y la necesita urgente— me sonrió con cariño.

Si tan solo supiera que su hijita de diecisiete años esta desnuda en el baño, con un hombre adulto y que estaba totalmente denuda, se muere.

—Sí, tío la vi bajar las escaleras hace un rato, yo estaba justo por entrar al baño, discúlpame— mentí mientras simulé entrar al baño.

— Tal vez no la vi, de acuerdo, nos vemos Bella— me dio una leve sonrisa.

Mi descarada prima Amanda salió del baño con todo el vestido revuelto, me tomó de la mano y me llevó con ella a una de las habitaciones.

—Amanda, es increíble lo que estás haciendo— dije indignada.

—Lo siento Bella, a veces la carne puede más que el respeto— sonrío descaradamente mientras se acomodaba el vestido.

—Tu padre estuvo ahí, estaba buscándote y si la tía Jazmín se entera o la abuela, estás muerta— llevé mis manos a la cabeza— Y tu novio es un descarado, un total sin vergüenza.

— ¿Novio? Estás loca, yo no tengo novios— se mordió el labio— Es un amigo de Juan y ni siquiera sé cómo se llama, no tuvimos mucho tiempo para hablar— sonrió.

—Eres una cerda—comenté con desdén.

— ¿Sí? Bueno, disfruto mucho de mi juventud, cosa que otras no hacen porque le ponen los cuernos con cualquiera, Isabella. Disfruta un poco tu vida y deja de ser tan amargada, foca asexual— soltó muy molesta.

Sin pensarlo dos veces le di un cachetazo.

— ¡Promiscua de mierda!— grité.

—Ni una palabra a la abuela y menos a mi madre ¿Quedó claro?— dijo seriamente.

—Le ahorro el mal rato a tu madre y a todos, otra vez— contesté consternada.

Ambas salimos muy molestas de la habitación, ella en dirección al primer piso y yo hacía el baño del infierno. De todas maneras ahora sí necesitaba orinan con urgencia, estaba frente a esa puerta y me congelé completamente. Como si ver a quien estaba detrás de la puerta "cambiaria mi mundo por completo" y estaba temerosa.

Cuando éramos muy pequeños la abuela nos hizo prometer que nunca ensuciaríamos su casa, nunca traeríamos amigos y jamás novios. Fue un poco preocupante cuando empezamos a crecer, ya nos habíamos enamorado y queríamos presentarlo con los abuelos. Sin embargo tuvimos esa regla hasta los veintitrés, cuando veían que Amanda se les iba de las manos a sus padres y entonces la abuela protegió a su hija y cuidó a su nieta menor. Rompió las reglas. Se podía decir que Amanda era el bebé de toda la familia, un bebé arcoíris deseado por veinte años y los otros no importábamos mucho. Esa diferencia jamás la sentí con mi abuelo José, él siempre era igual con todos y si lo necesitábamos estaba allí para nosotros.

Pasión Irrefrenable (Borrador) [#1 Mi Jefe ♥]Where stories live. Discover now