Capítulo 2

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Otra vez esos estúpidos sueños me mantuvieron despierta

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Otra vez esos estúpidos sueños me mantuvieron despierta. Es estresante no poder tener unas horas de sueño con tranquilidad, porque siempre aparecen esos recuerdos horrendos a torturarme.

La luna se ha hecho testigo de mis desvelos, todas las noches salgo a observarla. Me recuesto en un camastro en mi pequeño jardín y la observo hasta que el sueño me vence luego de cantar una canción de cuna que mi madre me enseñó. He tenido que sopesar todo en soledad.

Luego de dormir afuera casi toda la madrugada me adentro a mi pequeña casa y me preparo un café frio. Saco un trozo de pastel que me había tentado desde ayer. Comienzo a desayunar.

Entre tanto repaso la agenda del señor Uchiha. Ordeno todas sus citas pendientes y me enfoco en las más importantes. Resalta una cita en color rojo, una que el marcó desde su móvil.

Torturar a un informante que lo traicionó.

Es un psicópata que no tiene consideración de nadie, ni de su propia familia. Es un ser que se la pasa follando con todas las que se lo permiten. Es un imbécil, pero es sexi y sabe sacar provecho de eso. 

Termino de ordenar las citas en su agenda, mi plato queda vacío y termino mi café.

Luego me doy un baño y agradezco al cielo que sea sábado. Odio vestirme como una abuela, el calor en esas prendas son insoportables, la peluca me pica todo el maldito día. Cuando el calor es sofocante en las calles solo deseo llegar a casa y arrancarme cada prenda, aunque cada parte de mi cuerpo sea un recordatorio de donde he salido. No lo olvido y jamás lo haré.

Cuando tomo camino rumbo a la oficina siempre me busco el tiempo de comprar un café para el señor Uchiha. Negro, sin azúcar, que esté más caliente que su miembro en tiempos de celo que es siempre, en cada hora y en cada instante. A veces me pregunto si no le duele de tanto follar. No es de mi incumbencia, pero soy curiosa.

Mi tiempo siempre tiene que ser exacto, llegar a tiempo es una de las reglas, aunque él no la cumpla, pero bueno, ¿Quién puede decirle algo al poderosos Sasuke Uchiha?

Oh, sí, yo.

Dejo mis cosas sobre el escritorio, enciendo el ordenador y voy directo a su oficina a encender el aire acondicionado y a darle un poco de orden a su escritorio. Esa era mi rutina de todos los días, al menos que haya dormido en su oficina como hoy.

Lo encuentro hecho mierda, bebido, con la ropa desajustada y bañado en sangre de su víctima nocturna. Su cuerpo tirado sobre la silla y dormido como si fuera el lugar más cómodo de la tierra. Llevo a cabo el procedimiento que utilizo para limpiar su desastre, coloco el seguro en la puerta y corro al baño por una toalla para limpiarlo, pero antes de eso le arrojo el agua en la cara que lo hace reaccionar al instante.

Poderoso y efectivo método.

—¡Puta mierda, Haruno!—rebuzna, pero no se mueve de su posición.

A los pies del DiabloWhere stories live. Discover now