여섯 ; seis

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Jungkook sentía que pronto iba a explotar de la impotencia que tenía

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Jungkook sentía que pronto iba a explotar de la impotencia que tenía. Primero, Lía no estaba coperando en nada, estaba muy molesta y buscaba a toda costa acercarse más de lo habitual. Segundo, ¿Que había pasado por la cabeza de esa chica para beber de la forma en la que había bebido?

Jungkook no lo entendía y eso le molestaba.

— Debes de darte una ducha —el pelinegro la ayudó llegar hasta el baño, abrió la ducha y la puso en agua tibia así no se quemara—. Te esperaré afuera.

Cuando el mayor hizo el intento de darse media vuelta, una Lia despeinada, sentada en la tapa del bater jaló de su camisa pidiéndole que se quede.

— ¿Qué sucede?

— ¿Y si me bañas tú?

Jungkook miró el techo por unos segundos y tomó la fuerza interna necesaria para no dejarla ahí sin decir nada. Tomó aire, se tranquilizó porque en sí la situación lo estaba desesperando y no le gustaba.

— Puedes hacerlo sola, yo no haré eso —habló con total naturalidad y tranquilidad.

Lia arrugó su nariz e hizo un puchero. Jungkook no tardó en salir de la habitación del baño y caminar hacia la sala. Se recostó sobre el sofá y se quedó mirando el techo por unos segundos, luego, rebuscó su celular y mientras miraba Instagram, se quedó completamente dormido.

[...]

El sonido de la alarma lo despertó de golpe. Miró a su alrededor y luego suspiró al darse cuenta que no se encontraba en su cama. Con algo de cuidado se sentó sobre el sofá, la espalda le dolía al igual que la nuca.

Había dormido para el asco.

Cuando iba a tomar rumbo hacia la habitación, vió de lejos a Lía recostada sobre su cama, acobijada hasta su pecho con las sábanas y completamente dormida. Sin hacer tanto escándalo tomó una sábana de los estantes de su armario, caminó hacia el sofá nuevamente pero cuando estaba por volver a dormir, recordó que no tenía el número de Lisa y que sí o sí lo necesitaba para mantenerse al tanto.

Tomó las llaves del auto, dejó las luces prendidas por si Lia se levantaba (ya que a la muchacha le da miedo la oscuridad) y salió sin emitir ruido alguno hacia el estacionamiento.

Tenía sueño, sin embargo cuando llegó hasta su moto no pudo evitar sentirse más ansioso que adormilado. Sin el casco, empezó a manejar hacia la casa de Lisa y diez minutos después ya se encontraba ahí, golpeándole la puerta a la muchacha que seguramente le mandaría con una de sus chanclas.

— ¿Mgh? —la voz adormilada de la chica logró hacerlo sonreír. Mientras Lisa se pasaba la mano por los ojos buscando despertarse, Jungkook vió el pijama rosa con dibujitos animados que este tenía.

One Week [#1]Where stories live. Discover now