Capítulo 36: Atrapados

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Carmela no se había quedado tranquila luego de ver que su hija estaba en otro lugar. Mandó drones del Edén para corroborar, ya que al ser guardiana tenía acceso a estos, y no encontraron a nadie en aquella vivienda, solo la señal de los brazaletes de los chicos y los drones esperando en una base de carga.

—En dónde está esa irrespetuosa chica —renegó caminando de un lado a otro.

—Quiere relajarse —comentó Paul—, no entiendo por qué siempre quieres saber en dónde está.

—¿Me estás diciendo controladora acaso?

Paul frunció el ceño apenas.

—Si te sientes aludida por mi comentario, entonces probablemente lo eres.

—¡Silencio...! —lo amenazó con el dedo índice.

Nunca tuvo que increparle nada o llamarle la atención. Era el colmo todo lo que esos chicos le habían hecho cambiar a su Adán.

—Me disculpo —dijo él—, pero ella ya es una Eva, hay que dejarla ser.

—Una Eva sin un Adán. Eso no es... —Hizo una pausa y respiró hondo—. ¿Tú sabes en dónde está?

—Por supuesto que no. —No sabía en dónde exactamente en ese momento, pero sí en dónde estaría. Cosas muy diferentes. Así que, curiosamente, no se sintió mal por no decirle.

—Llamaré a sus amigas.

—Es casi media noche. —Le sonrió con amabilidad—. Descansa. Ella está bien, es tu hija, la has educado tú.

Carmela suspiró. Tampoco era tan cierto. Los drones niñeros cuidaron de ella, y la escuela la educó. Claro que la había consentido hasta más no poder. Eso le hizo recordar uno de los últimos pedidos de la chica.

—Voy a buscarle un Adán. Probablemente eso la va a contentar. —Ella todavía no tomaba en cuenta lo mucho que le afectaba a Andrea haberla visto con otro hombre.

Se dirigió a su oficina y Paul la siguió.

La mujer se sentó frente a su enorme escritorio-computadora, la información apareció, y él, sorprendido, pudo ver que podía ver los perfiles de los chicos. No sus rostros por completo, pero sí parte de este.

No solo eso, al ser guardiana, podía ir a verlos al Edén, verlos desde detrás de los ventanales. Sabía que ella había "escogido", por así decir, a Christopher para Andrea, solo por el hecho de ser un caso especial, por que estando entre las guardianas, se enteró de que "sacarían" al niño para criarlo y prepararlo para una Eva.

En ese entonces nunca se le ocurrió cuestionar nada. Estaba esperando a su primer bebé, quien luego resultó ser un niño.

Recordaba a la mujer renegando porque llevaba a un niño en el vientre y no una niña. Había maldecido en susurro cuando la máquina se lo dijo mientras la monitoreaba.

—Es un niño inservible —había soltado, para luego juntar las cejas y taparse la boca, ahogando una especie de quejido—. Le pertenece al Edén. Eso es todo —agregó rápidamente luego de dar un hondo respiro.


Carmela lo sacó de sus recuerdos al ampliar el perfil de un chico.

—Creo que iré a verlo... Posiblemente le guste a Andrea y se ponga feliz.

Paul parpadeó un par de veces.

—Pero ¿no es decisión de las máquinas?

Ella suspiró.

—Mi ingenuo Paul. Estás con una Eva de privilegios. Merezco lo mejor, y mi hija también.

Él pensó un poco más.

Eva: el proyectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora