Capítulo 35: En busca del prometido Edén

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Las mujeres ya se estaban retirando del resort con playa falsa en donde fue la fiesta. Carmela buscaba a su hija, pero no la encontraba, así que llamó a Paul, sorprendida al ver que estaba en su casa.

—¿En dónde se supone que está tu hija? —reclamó.

—Quizá en su casa, ¿no crees? ¿Para qué quedarse en la fiesta?

La mujer resopló.

—Tiene que hablar conmigo. Debemos arreglarnos. —Buscó en su panel virtual y localizó algo—. Su dron parece estar en casa de alguien. La tal Karen, según el sistema. ¿Desde cuándo son amigas? No entiendo.

—Que no te extrañe que no te quiera ver.

—¡Deja de responderme! —chistó—. ¡Es por esos chicos! Sus Adanes son amigos y ya por eso las arrastran a lo que sea que estén haciendo. Es por esto que un Adán no puede ser tan amigo de otro. Sus Evas deberían ser primero. —Se puso a mandar comandos en el panel—. Solo salí unos años y les permitieron de todo a esos niños malcriados.

Paul suspiró con cansancio.


***

En la madrugada, Aria fue a la cocina para poner a la máquina a hacer café. Había dormido abrazada a Chris en uno de los sofás cama y todavía sentía su calor contra ella. Sonrió apenas.

—Ya hay que despertarlos en un momento —jugó su amiga Stacy—, baja tu temperatura.

Aria rió en silencio mientras su amiga se servía un vaso con agua.

—Estoy bien.

—Bien, bien enamorada. —Volvieron a reír—. Tu Adán es lindo, aunque los otros dos también. ¿Todos son así en el Heaven?

—Pues... sí, supongo. El Edén te asegura chicos "perfectos". —Hizo las comillas.

—¿Cómo se siente hacerlo con un chico? —cuestionó curiosa.

Aria se ruborizó y ahogó una risa.

—Está bien, supongo.

—¿Solo eso? No, no, no. Chica —movió el dedo índice de un lado a otro—. Dime.

—Ay, bueno. Es excelente. —No pudo contener la risilla de tonta y se aclaró la garganta—. Pero ya. —Suspiró—. Ojalá fueras una Eva, sería genial. Saldríamos con nuestros Adanes y...

—Ya sabes por qué. Porque también me gustan las chicas, porque te besé.

—Eso fue hace mucho. ¿Lo pusiste?

—Sí, bueno. ¿Tú no?

Aria encogió los hombros.

—No. Solo preguntaron su tuve novia, pero no. Solo fue un beso.

—Aaah, claaaaro. Mala amiga —dijo en broma, entre risas.

—¿Le dijiste a tu mamá?

Stacy suspiró.

—No. Se muere. Aunque no sé si espera a que me quede sola, total no voy a ser compatible con un Adán.

Aria volteó para mirarlos en la sala, seguían durmiendo. Chris había girado y había quedado boca abajo. Mauro abrazaba a Karen. Tomas estaba recostado sobre un colchón en el piso y Andrea sobre otro sofá.

—No puedo creer las cosas que he escuchado del Heaven —continuó Stacy.

—Sí, es turbio todo. No tenía idea de qué tanto.

—Ellos, hermanos que quizá nunca se hubieran conocido —dijo señalándolos—. Los otros dos, la amargada de rizos dice que la madre de Andrea "manoseó a su Adán", y ese chico es tan calladito que yo creo que sí, y está traumado. —Aria suspiró y asintió, sabiendo que era peor que un manoseo—. Los hombres encerrados solo porque al parecer son "defectuosos". O sea que, no entiendo, ¿a qué le llaman defecto? ¿Que sean como nosotras y a algunos les gusten los chicos? Y, por otro lado, tu Adán que dijo que sus padres son los primeros Adán y Eva. —Resopló—. Uf, tremenda novela la de los tres.

Eva: el proyectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora