—Ellos están orgullosos de que su pequeño haya conseguido trabajo y esté apunto de terminar su carrera profesional.

—¿Tú intención es hacerme llorar, Hyung?-El mayor soltó una pequeña risa y negó. Jungkook sonrió y dejó de lado su comida.—También están orgullosos de ti.

SeokJin tenía 13 años cuando sus padres fallecieron en un fatal accidente automovilístico, quedando con su pequeño hermanito de 5 años a cargo. Fue un reto totalmente difícil para él.
Recuerda cuando su tía llegó por ellos, todas sus cosas empacadas y el pequeño JungKook corriendo por todos lados sin entender nada, su tía había conseguido la tutela total sobre ellos. Estaba feliz, pero nunca olvidará la noche cuando fue a ver a su hermanito menor a la pequeña habitación que le otorgaron y este se encontraba llorando mientras abrazaba una foto de su madre.

Fue difícil hacerle entender a un pequeño que su madre no regresaría jamás a casa.

"Mamá llegó temprano por la mañana y me vió mientras tomaba desayuno." La voz de JaeMin se escuchaba por el otro lado de la línea algo apagada, TaeHyung escuchó como su hermano sorbía su nariz y sintió como su corazón se partía en pedacitos, JaeMin había estado llorando. "No dijo nada, no preguntó nada, solo se quejó porque según ella es solo un escándalo más."

—Pero... no llores JaeMinnie, sabes que no es cierto.—Consoló mientras se apoyaba en la pared. Estaba terminando su hora de almuerzo mientras esperaba fuera del baño a su mejor amigo.—Solo tú sabes lo que sientes.

"Ya no estoy llorando."Murmuró, el castaño sonrió ladino sabiendo que era mentira."Ya paró." Soltó una risita. "Sé que es mi madre y no debería decir esto." Suspiró. "Pero a veces me gustaría que sintiera lo que yo siento cuando tengo mis crisis... Solo para que entienda un poco... Como lo haces tú."

Kim siempre intentó hacer todo lo mejor que podía, siempre quería todo perfecto y pulcro, que la vida fuera a la velocidad que él quisiera y cómo el lo prefiriera. No le gustan los cambios de planes o las cancelaciones de estos mismos a última hora, tampoco le gusta salir sin saber previamente, muchos días antes, que lo haría.

Cuando veía a su hermano enfermo y sufriendo por no poder respirar, sentía que toda su agenda mental se desmoronaba y no podía arreglarla, eso le estresaba, le frustraba y le hacía sentir inútil; No poder ayudarle era lo que más le dolía, por eso apenas pudo comenzar a trabajar lo hizo, incluso venía dulces en el instituto para pagar cualquier cosa que necesitara su hermano, hizo de todo para que JaeMin estuviese bien. Ahora comprenderán la decepción consigo mismo cuando ve que su pequeño no está del todo bien, que recae y que nunca está en su cien por ciento.

Por eso hace todo por entenderle, por ponerse en su lugar y por comprender lo que puede llegar a sentir.

TaeHyung no respiraba por él solamente, lo hacía también por su hermano.

Jungkook veía con sus brillantes ojos como el castaño detrás del mesón de ingresos le trataba amablemente a cualquier persona que se le acercara, resolviendo dudas y sonriendo a pesar de que por la mascarilla en su rostro evitara que pudiera verse la sonrisa geométrica que el menor poseía. Sonrió inconscientemente, y le siguió mirando.

Ya llevaba una semana haciéndolo, perdiéndose en el cabello castaño y sedoso que se movía apenas el menor hiciera un pequeño amague, se fijaba en sus ojos y le gustaba escuchar su voz; Le relajaba, le causaba algo que no podía entender, no podía procesarlo y aceptarlo.

Le gustaba mirarle, le gustaba fijarse en cada facción de su rostro, le gustaba cuando se bajaba la mascarilla y sonreía satisfecho cuando terminaba su trabajo del día, como lo estaba haciendo en este momento.

Oh, lo estaba haciendo en este momento, y le estaba mirando extrañado.

—¿Por qué me miras?—Escuchó al castaño acusándole subiendo un poco el volumen de a voz por a distancia entre ambos.—¿Tengo algo en la cara?—Llevó sus manos al lugar mencionado intentando taparla.—

Jungkook soltó una risita y negó suavemente con la cabeza; el castañito lograba a ser tan tierno en algunos momentos, que le enternecía de sobremanera.

—Solo estaba pensando.

—¿En qué?—TaeHyung ladeó su cabeza confundido.—

—En...—Tragó saliva.—No lo sé, solo me perdí en mi mundo.

—Mmmh...—Soltó el menor viendo como el pelinegro se acercaba al mesón.—A veces me pasa, me pierdo entre mis pensamientos, incluso a veces me voy por las ramas en mi propia cabeza.—Soltó una risita contagiando al pelinegro, se fijó en su sonrisa de lado a lado y ladeó la cabeza.—Tu sonrisa es como... la de un conejito.

—¿Eso es bueno o malo? Quiero decir... ¿Es atractivo?

Jungkook siempre había tenido una baja autoestima, no lo entendía del todo, no se encontraba realmente feo pero no estaba conforme, entró a estudiar psicología precisamente por eso, para lograr comprender su propio sentir en todo ámbito.

—Depende... Si te gustan los conejos.—Respondió el castaño algo divertido viendo como el mayor se sonrojaba levemente.—

—¿Te gustan los conejos?

—Si.—Contestó simple esbozando una sonrisa y volteándose para seguir con su trabajo.—

Una simple respuesta generó que la mente de JungKook entrara en pánico, gritó internamente como fan de algún idol.

TaeHyung se encontraba preparando el almuerzo para el día siguiente, tarareaba alguna melodía mientras tanto y se paseaba de aquí para allá en la cocina con una sonrisa en el rostro, se sentía feliz y no sabía exactamente por qué, pero le gustaba.

—Hey.—Escuchó la voz de su hermano llamándole y le miró sonriendo en respuesta.—Estás muy feliz hoy, hermanito.—Tomó una manzana de la encimera y le dió un mordisco.—

—¿Por qué lo dices? siempre soy así.—Frunció su ceño.—

—Siempre estás nervioso, dándome órdenes sobre mis medicamentos y sermoneandome porque no tengo limpia y ordenada mi habitación.—Se encogió de hombros.—¿Buen día en el trabajo?

—Si, en realidad. No hubo gente insoportable y estuvo todo muy ameno, aún falta para que llegue el Boom de gente, eso pasará cuando llegue navidad.—Su hermano asintió.—

—Hyung.—Le llamó y este le miró nuevamente.—Ese chico... JungKook Hyung, es agradable, me cayó muy bien.—TaeHyung sonrió y siguió cocinando concentrado.—Se nota que su amistad te hace bien, te he visto radiante desde que lo conociste.

—Ah... bueno, si, es un gran amigo, me siento cómodo a su lado.—Desvió su mirada.—Ahora que me recordaste, ¿Tomaste tus medicamentos? ya estás en tus últimos días del tratamiento.

El menor rodeó los ojos sonriendo ladino y asintió.—Si, señor. Está toooodo listo.—Alargó la palabra.—No te preocupes tanto Hyung.

El castaño asintió mientras suspiraba y apagaba la cocina, le miró nuevamente al menor y ladeó la cabeza.—Mi día libre iré a ver a papá.—El semblante de la conversación cambió rotundamente; el menor de ambos bajó la cabeza y asintió suave.—¿Quieres ir?

—No.—Negó y le miró nuevamente.—Han... pasado muchas cosas estos días y tengo muchas emociones y bueno.—Aclaró su voz.—No quiero llorar frente a ti.—El mayor soltó una risita.—

—Él te quiere mucho, JaeMinnie.

—Quiso.—Corrigió.—Ya no está, Hyung, papá ya no está.

TaeHyung torció la boca y desvió la mirada; Su hermano a veces podía ser demasiado frío con respecto a su padre, y sabía que ese era su método de defensa, pero a veces sentía que no le decía exactamente todo lo que sentía al respecto. Al final del día ambos fueron dañados y marcados con el fuerte escenario, pero el castaño sabía que su hermano sentía algo más allá, sentía rabia.

JaeMin sentía que por su culpa su padre había fallecido.









holis, los quiero
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breathe ─ kooktaeWhere stories live. Discover now