Pedido #2 TanZen

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Antes de todo aviso que esta era una especie de prologo de otro libro que tenía. Cuestión que en general nunca me convenció, lo edite, le quite cosas y añadí cosas. Le di retoques, aunque la verdad me hubiera gustado escribir también un shot donde las almas gemelas escuchan sus pensamientos, encontré un fic descontinuado de un SenGen con una temática similar, pero estoy desvariando. Si notan errores de ortografía y de coherencia, ando enferma y no estoy muy enfocada, pero lo intenté. 

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El sol se iba ocultando, un color anaranjado cubría el cielo, el cual era uno de los testigos de los horrorosos hechos, el olor a sangre y gritos de batalla, el líquido carmín de ambos bandos mezclados en el suelo, el ruido de las espadas chocando decoraba la macabra escena. Los cadáveres y moribundos se acumulaban en el suelo, siendo pisados por sus propios compañeros. Ambos grupos luchaban a muerte por razones ilógicas, como todas las guerras.

Y ahí se encontraba aquel chico, no era muy fuerte, pero de igual manera seguía allí luchando. Milagrosamente aún no había sido asesinado, pero en sus ojos se podía ver el horror de observar a sus compañeros caídos, aunque la mayoría lo hiciese con honor, sabiendo que su sacrificio no sería en vano. Las luchas nunca habían tenido sentido para el rubio, de hecho le aterraban de sobremanera. No sabía cómo aún se estaba defendiendo con ayuda de su escudo. Sin embargo, esta vez debía luchar si o si. La amada princesa había sido secuestrada por el reino vecino "Bortó". Y en su más angustiada desesperación el rey había decidido atacar, declarando así la guerra.

Con sólo imaginar el miedo en la cara de la hermosa mujer, las energías de Zenitsu volvían y a pesar de las horas en medio de aquella infernal batalla y las leves heridas que había recibido, no desistía en su labor. Con ayuda de su escudo logró empujar y arremeter contra el enemigo, aunque no lo asesinó, por alguna razón no tenía la valentía de hacerlo (fuerza), pero logró alejarlo lo suficiente, cómo para poder continuar avanzando en el campo de batalla. Siguió pensando en aquella mujer, aquella que tenía unos hermosos ojos que cada vez que los había avistado le recordaban al cielo, unos labios finos pero de un color rosado pálido, una nariz delicada y un hermoso cabello que le recordaba a las relucientes espigas de trigo en verano, hebras finas las cuales se extendían por toda su espalda acabando en hermosas hileras de cabellos ondulados. Era la más hermosa del reino a su parecer y el de los demas, tanto así que podría jurar que brillaba. Muchos la llamaban "El ángel de Kítrinos"

Zenitsu esbozo una sonrisa en medio del agotamiento, tal vez, sólo si llegaban a ganar la guerra y destacaba de algún u otro modo, podría tener los ojos de la hermosa dama en él. Era algo demasiado improbable, pero este chico lo único que anhelaba era casarse. Con sólo aquel pensamiento se llenaba de valor, continuaba atacando y protegiéndose como podía. Iba a rescatar a la amada mujer. Aunque había un problema, aquel era muy joven todavía, siendo remotamente imposible que llegue lejos, ni siquiera había terminado su entrenamiento, era un novato, no debería estar allí.

Ese muchacho de cabellos rubios y de actitud temerosa tenía deseos de llegar a ser un héroe, ser ovacionado por toda la gente y lograr enamorar a la futura reina de "Kítrinos". Era demasiado descabellado, un gran soñador que nadie lograba comprender. Vivía siendo uno de los marginados y al menos deseaba que aquello pudiera revertirse logrando una hazaña, si moría algún día, deseaba ser recordado. Sin embargo debía lograr reconocimiento, si seguía así nadie lo haría, sin padres ni amigos era un estorbo para la sociedad. Aunque realmente no veía morir en batalla como algo honorable, puesto que de ninguna manera quería morir, en su punto de vista las guerras eran una matanza en la cuál no deseaba participar, a excepción de este momento.

Contra todo pronóstico fue uno de los últimos que quedaban vivos. Pues la tarde comenzaba a llegar y poco a poco se podía ir reduciendo al ganador. Contra todo pronóstico su espíritu aumentaba y la esperanza llenaba su ser, logrando a duras penas ocultar los sangrientos horrores de los cuales había sido parte y dañaron su corazón. Pero pronto aquel sentimiento positivo que había surgido en medio de la desgracia, se desvaneció en menos de un instante. Había sido un idiota al pensar en tener una oportunidad. Su rostro de sorpresa y horror al escuchar las palabras que le dedicó el enemigo antes de atacar arremetiendo contra él, logrando de alguna manera traspasar sus pobres defensas, era algo que pasaría tarde o temprano. Sintió un corte cerca a sus costillas, apuntando hacia su corazón, el dolor se extendió casi al instante, pero la suerte nunca estuvo de su lado, pues no podría tener una muerte rápida, lo habían condenado a una agónica muerte, pues el enemigo no se había dado cuenta que falló por poco en dañar aquella zona vital.

De Todo Un Poco Kimetsu no YaibaWhere stories live. Discover now