Cuatro

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Después de llegar a la granja, Alejandro estacionó dentro del enorme granero.

-Oye, Lauren! - le habló bajito con miedo de despertarla y que lo mandara a volar de un golpe. Ya teniendo luz sobre la cabeza puedo ver bien a la chica, se veía joven y claramente era boxeadora. Le vio la sangre seca en la ropa entre las manchas de barro, la herida de bala.

La despertó y la ayudó a limpiarse un poco y también le sacó la bala, con un procedimiento un poco ortodoxo. Le cocio con cáñamo de pescar aún que se aseguró de esterilizar todo. Fue a casa y trajo un short y una playera enormes que podían quedarle a Lauren, una manta, un vaso con leche y pan que era lo que estaba a la mano. Casi cuando el sol se iba saliendo el regreso a su casa y encontró a su mujer ya preparando el desayuno.

Le contó lo sucedido y se llevó una reprimenda tremando. Como había llevado a una intrusa a casa, con que confianza y garantía?

-No tiene a dónde ir, es rusa!

-Rusa? - preguntó la señora, llevándose ambas manos a las mejillas - y está huyendo de la guerra o?

-No mujer, esa chica es boxeadora pero tenía una bala en el brazo y es tan grande y fuerte que hasta dobló la carrocería de mi bob al chocar. Quieres venir a verla?

-Bueno. - Alejandro sonrío cuando vio que su mujer tomaba un cuchillo.

Lauren estaba sentada y escucho que la enorme puerta de madera crujía al abrirse. Se giro lento y vio a la señora. Se puso se pie impactandola.

-Mira Lauren, ella es mi esposa sinuh y pensé en traerla

Lauren trago saliva al acercarse, se agachó un poco y le ofreció la mano. Recibiendo la de la mujer que además le dio una sonrisa amable y cálida.

-Pero sí tiene una carita de bebé, cuantos años Tienes cielo? Tienes hambre? Dormiste bien? Este bruto te dejó aquí como si fueras un caballo, no, no, no! Iremos a casa anda vamos.

Lauren parpadeo abrumada por la cortesía. Miró a Alejandro que asintió y ella tomó sj mochila. Al salir miró el lugar, era enorme, bueno los acres de tierra de rodeaban, las cercas de metal, los animales y alguna maquinaria de trabajó. Todo era lindo, era tranquilo, húmedo y el sol brillaba en lo alto. Al estar en la casa sinuh le sirvió un plato de huevos fritos, tocino y pan francés. Una enorme tasa de té y fruta.

-Debes comer bien. Anda cielo, come. - alentaba. Lauren devoró todo

-Gracias - dijo tímida.

-Ale dijo qué eres rusa, pero hablas bien el inglés

-Sí, yo aprendí.

-Y a que te dedicas, como llegaste a Florida? - Lauren recordé la noche anterior. Los años anteriores.

-Soy boxeadora pero, la liga donde peleó es clandestina y ayer hubo problemas por eso huí.

-No Tiene a dónde ir? - preguntó Alejandro y Lauren negó - Que tal si te quedas aquí y trabajas para mí, me hace falta ayuda! - sinuh entre Cerro los ojos - Eres fuerte y de seguro necesitas trabajo.

Lauren no necesitaba trabajo. Tenía dinero pero también medito la posibilidad de tener otra vida.

Miró a la señora sinuh, era amable y también parecía qué podía tener mucho control en las decisiones.

-Usted cree que necesiten otro empleado? - preguntó Lauren a la mujer que parpadeo

-Otro? Si no tenemos ninguno! - dijo ella riéndose. - En realidad si nos hace falta una mano extra, con las niñas fuera de casa, este hombre qué ya está viejo

llename de colores la vida Where stories live. Discover now