Capítulo 6

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El reloj sonó y me despertó a las seis de la mañana.

Corrí al baño a lavarme la cara, cepillarme los dientes, y orinar.

Salí del baño y me cambié apurada para tomar el desayuno.

—Buenos días— dijo Martín levantándose del sofá.

—Buenos días ¿Dormiste bien, cómodo? —él asintió.

— ¿Querés un café o un té?— sonreí.

— Dos cafés entonces— dije y me puse a prepararlos.

—Voy al baño—asentí.

—Hola Luigi ¿quieres un poco de semillas? Buen chico— dije cariñosa al dejarle su comida bajo el aro.

Flash back

Martin besaba con desenfreno el cuerpo robusto de Alma, su empleada, la que tenía fantasías sexuales con él y no podía parar de tocarle la piel. Él quería desnudarla pero algo se lo impedía, la propia Alma.

—Martín te juro que no imagino nada mejor que esto, pero no puedo hacerlo, lo siento— Martin un poco agitado asintió.

— ¿Puedo quedarme?— preguntó frustrado.

—Sí, claro— asintió.

—Te voy a preparar el sofá, tal vez, Luigi grite un poco porque no te conoce—él sonrió.

—Pensaba quedarme en la cama contigo— Alma negó y rio.

—No puedo dormir con las tentaciones, vamos te prepararé el sofá.

Fin del Flashback.

— ¿Vas a volver a trabajar?— él sonrió.

—No lo sé, esto no fue "prudente" además, tengo muchas cosas que hacer y presenté mi renuncia— Martín le dio una mirada impaciente.

—Lo que hacemos o no hacemos, no va interferir en nuestro trabajo porque lo dejamos afuera y te dije que rechacé tu solicitud y punto. — ella sonrió.

—Está bien, entonces voy a volver a trabajar.

Martín dejándose llevar por un impulso la abrazó y beso en los labios.

—Perdón, me dejé llevar, de verdad te necesito y no solo en el trabajo. O bueno, en realidad te necesito por quien sos en el trabajo, extraño tus ocurrencias. — Alma sonrió y se sintió plena.

—Lo de tus fantasías/ sueños creo que fue lo mejor que pude escuchar, y quiero saber más.

—Bueno, algún día tal vez te cuente mis fantasías o las hagamos realidad.

—No imaginaria algo mejor, ahora a trabajar.

A los diez minutos salimos de mi casa directo al hospital.

Vi al señor Arturo, me sonrió y bueno, después se volvió a dormir.

Salude a Carla quien me esperaba con unos chocolates que compro en los chinos, la abracé y ambas reímos.

—Qué bueno que estás devuelta, te juro que no era lo mismo sin vos— me dio dos barritas de chocolate.

—Carla, Gracias—

FIN...

Las fantasías de Alma / Historia Corta [#5]Where stories live. Discover now