— Pero son las... — mis ojos buscan el reloj — son las seis.

— Lo sé, mi amor, pero no puedo dormir si no siento que está cerca. Tu ve a darte un baño, estaré aquí enseguida — dice, dejando un beso en mi frente.

Siento su aroma inundar mis pulmones antes de que él se aleje. Sin esperarme, Alex sale de nuestra habitación. No entiendo qué ha ocurrido, solo me desplomo en nuestra inmensa cama. Tampoco tengo el valor de preguntarle porqué ahora no quiere poseerme como antes.

Así que solo hago lo que me ha dicho, me meto a la ducha y luego me acuesto. Quisiera poder preguntarle el porqué de sus acciones, pero tengo miedo.

Tengo mucho miedo.

Alex.

— Bjorn — saludo.

El sol ya ha salido, y como todo buen hombre que se precie, él ya está en pie.

— Señor — suspira, levantándose.

Hasta ahora ha permanecido sentado en el porche de su casa. Sosteniendo un cigarrilo sin encender entre sus dedos.

— ¿Estás intentando dejar de fumar?

Él asiente — dicen que es malo para los... ya sabe, los soldaditos.

Ruedo los ojos y me paro frente a su puerta — ábreme anda, soldado. Quiero llevarme a mi hija antes de que se le pegue algo raro de ti.

— ¿Qué tal su cena?

— Bien, creo que... está mucho mejor.

— Me alegro.

— Yo también.

Una vez dentro de la casa, veo a Alice acostada en el sofá. Entre sus brazos, Ámber descansa pero la veo pestañear.

— Hola, papi — susurra cuando llego hasta ella.

— Hola, mi amor.

— ¿Ya viniste por mi?

— Sí, mi amor. Vamos a casa.

— Bueno — susurra, saliendo de los brazos de una dormida Alice.

— Estuvieron toda la noche despiertas jugando a quién sabe qué.

— Papi — me dice mi hija, desperezándose mientras la alazo en brazos — mi tía Alice me dijo que no tengo patitas de queso.

— ¿Ah, no?

— Sí, me dijo que huelo bonito. Como mi mamá.

— Seguro que si.

Bjorn se despide de nosotros con un asentimiento de cabeza y camino con mi hija de regreso a casa.

— Papi, ¿mi mamá ya ha matado a mucha gente?

— ¿Por qué lo dices, mi amor?

— Porque dijo que iba a una fiesta de mayores, las fiestas de mayores son donde mi mami asesina personas malas.

— Mi amor, mamá ya no asesina personas.

EsclavaWhere stories live. Discover now