Tras un año lleno de insólitas revelaciones, la vida tranquila de Evanna da una sacudida de enormes magnitudes, convirtiéndose de un día a otro en una de las bestias míticas de las que se tenía prohibido hablar.
Los Drageblod's.
Evanna está destinad...
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Mortifago
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Daniel cerró la puerta en cuanto hubieron llegado a una habitación vacía y enseguida encaró a Evanna.
—Por Merlin... —bufó el pelinegro pasándose una mano por el rostro aún sudoroso—. Esto está totalmente mal...
—Gracias por indicarme lo obvio, ¿Es todo lo que tienes que decir?
Él la miró y negó rápidamente.
—Claro que no ¡Por supuesto que no, Evanna! —caminó en su dirección, pues ella se había instalado en una esquina del salón, muy alejada de él—, siento lo que pasó allá. Se suponía que tú ya estabas enterada de todo esto. Sirius hablaría contigo y...
—¿Sabes qué? —lo cortó abruptamente la joven levantando la palma de su mano contra él, indicándole que no se acercara más—, estos días he escuchado ya suficientes cosas y realmente ya no me interesa. Solo quiero que me expliques que demonios es eso de que llevas la sangre de mi madre, y por qué te dio el dije.
Daniel asintió para tranquilizarla.
—De acuerdo, lo haré, pero al menos déjame explicarte algunas cosas, por favor. Te aseguro que fue difícil para mí guardar el secreto viendo como sufrías por respuestas. ¡Te juro que lo fue! Por eso traté...
—¡¿Trataste?! ¡¿En serio trataste?! —Evanna explotó y recorrió los pocos metros que los separaban para posarse delante de él — ¡Me viste la cara de estúpida todo el tiempo Daniel! Parece que aquí soy la burla de todos. ¡Todos sabían lo que sucedía conmigo menos yo!
