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🥀les ruego que comenten, ahre humillándome para sentir que aun la leen.

Act I

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Act I.


— Señorita Genovese.


Elizabeth sintió como su cuerpo se tenso al escuchar esa voz suave y elegante venir desde la esquina oscura de su cuarto, provocándole un leve escalofrío. Deja suavemente su peine sobre una de las mesitas de noche, cierra los ojos y respira profundamente dos veces queriendo calmar sus nervios, ya tuvo la peor parte del día por lo que confiaba que no podría empeorar. Beth se levanta con la espalda erguida y pasos decididos hacia el ángel de la muerte.


—¿Que deseas, Dante? — Su mirada se mantiene firme en la de él.

Beth se sienta delante de él, manteniendo su mirada en los ojos y cruzando levemente sus piernas para tener mas fácil acceso a la daga amarrada en su muslo. Dante prende su cigarrillo mientras examina los movimientos de la joven, totalmente relajado y con la elegancia que lo caracteriza.


— La muerte de Olenna es tu culpa por quedarte con esos poemas ridículos que te intercambiabas con esa chica. — la voz de Dante salió mas baja y áspera de lo normal, su ojos azules miraban los de Elizabeth de manera casi fría, Olenna era querida por cada persona en la mansión Genovese.— Todo esto lo pudiste evitar si hubieras confiado en mi para ayudarte con tu plan de matar a tu hermano. — Dante sonrió de lado al ver el sutil movimiento en los rasgos de Elizabeth. Ella sintió miedo.


Los movimientos fueron torpes pero a la vez fueron lo suficientemente rápidos para que Dante fuera tomado por sorpresa y quedando con Elizabeth sobre su cuerpo y una daga rozando su cuello. Él sonríe con desafío haciendo que la daga sea mas apretada sobre su cuello sintiendo como un poco de sangre corre por este mismo.


—No voy a dejar que te pongas en mi camino, lo matare y no me importa lo que tenga que hacer para lograrlo.— Elizabeth hablo de manera baja con su respiración acelerada y sus ojos levemente nublados por las lagrimas al recordar el rostro sin vida de la señora Olenna y su dulce amiga Sue, esa debilidad fue la ventaja de Dante, el cual no se tardo ni dos segundos en controlar el cuerpo de la joven, cambiando la posición y golpeando suavemente su muñeca contra el piso haciendo que soltara la daga reluciente la cual el conocía muy bien. Agarra la daga para después levantarse y tenderle la mano a la joven.


— Ya haz dejado mas marcas en mi cuerpo que la gran guerra. — Dante le ofrece la daga, saca un pañuelo de su abrigo y limpia la sangre de su cuello, para después  meter sus manos en los bolsillos de su pantalón haciendo que su abrigo muestre parte de su arma descansando a la altura de la costilla derecha. Elizabeth estaría muerta si eso fuera lo que él quería. Ambos lo sabían — Yo soy la reina de tu tablero de ajedrez, sin mi no tienes el jaque mate. He sabido de tu plan desde que la primera carta fue enviada, recuerda que tengo pajarillos vigilando cada paso de cada persona cerca de la familia Genovese. — Dice manteniendo la mirada en el desorden que se habia hecho el cabello rojizo de la joven Genovese. — tenemos muchas cosas que cambiar en esta idea tuya. Tienes que confiar en mi, Señora Genovese.


Peaky Blinders [Thomas Shelby]Where stories live. Discover now