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Al día siguiente, en la Academia, hice todo lo posible por no parecer triste. No es que hubiese despertado igual de triste que como me había acostado, pero cada vez que tenía un vistazo de Nahum me acordaba que no iba a pasar nada de lo que había imaginado, que al menos no había alcanzado a imaginarme muchas cosas. La mayoría eran imágenes de él hablando y yo escuchándolo. Boberías.

Boberías que me habían hecho sonreír.

Como sea, Ollie Corrigan, momento de continuar con la vida.

—La primera semana ya está superada —Anahí se sentó sobre la mesa, estábamos en el patio y habían otras personas con nosotros, más de sus grupos de amigos de los que ya conocía a la mayoría, al menos sus nombres— ¿Les parece si hacemos algo mañana?

—Anahí, es muy pronto para fiestas —Sergio, uno de los primeros chicos que conocí, se sentó a mi lado y dejó caer su mochila en el suelo entre sus piernas—. Además, ninguna de tus fiestas sale bien.

—Agh, cállate —Anahí lo fulminó con la mirada—, y no hablaba de una fiesta, quería decir algo así como salir a cenar o algo.

—Hey, chicos —otras personas se unieron al grupo, era Nahum y sus dos amigos, no entendí por qué se unían a nosotros hasta que el otro chico, el que había saludado, Milo, le daba un beso en los labios a una de las amigas de Anahí. Ellos sonrieron, dejando a todos en un silencio algo incómodo.

—Les estaba diciendo a los chicos si querían salir mañana a cenar, para celebrar que ya terminamos la primera semana de clases —propuso Anahí para el grupo entero—. Tal vez pizza.

—¿Encontraste algo para celebrar? —la hermana de Milo habló, y fue primera vez que escuché su voz— ¿La siguiente semana celebrarás las dos semanas de clases?

Algunos en el grupo rieron.

—Cállate, Mónica —siseó Anahí.

Felipe y Anahí ya sabían su nombre, yo se los había dicho. Y por la forma en que se trataban, parecían amigos de antes, entonces no entendía por qué no sabían cómo se llamaba.

—No le quiten la ilusión —aportó Felipe.

—Eso es cierto, siempre busco razones para sacarlos de sus infelices casas y todavía se quejan —Anahí se bajó de la mesa y se sentó a un lado de Felipe—. Entonces, la invitación es para todos los que estamos aquí ¿salimos mañana?

Estuve de acuerdo al igual que todos los demás. Me gustaba poder salir de casa en sábado, y si todos los demás decían que Anahí era una demente de las salidas, entonces no pude haberme buscado una mejor amiga.

Me gustaba estar en casa, no era una casa infeliz como decía Anahí, pero también me gustaba salir, y si las relaciones en Nueva Victoria se basaban en los encuentros directos con las personas, entonces es lo que haría.

Aunque la primera relación directa que había querido de verdad tener con alguien, ya no se iba a dar. Dios, basta.

Miré a Nahum, él hablaba con Mónica y no parecía prestarme atención, ni siquiera me había devuelto la mirada en todo el día. Me preguntaba si ya ni siquiera íbamos a poder ser amigos. Era lo más probable. Yo había arruinado todo.

Pero es que... es que...

—Ollie —Sergio habló a mi lado, y me giré para mirarlo—. ¿Estás bien?

—Sí ¿por qué no lo estaría?

—Pareces algo ido —dijo—, pero no importa. ¿Ya tienes pareja para lo de Historia?

Ah, sí. El ensayo de Historia. Estaba contando con hacerlo solo, Felipe y Anahí habían hecho pareja y yo había pensado que todos los demás en el salón también tenían pareja.

Flores para Ollie | ActualizandoWhere stories live. Discover now