I LOVE YOU ☆Jaeren☆

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Jaemin se encontraba recargado en una de las paredes esperando a Renjun, faltaban unas cuantas horas para que su partido empezara pero él quería que el chino ya estuviera viéndolo desde el breve entrenamiento que tendría y una sonrisa apareció en su rostro al recordarse que tendría otra cita con Renjun.

Escuchó el timbre sonar y vio como algunas personas empezaban a salir de las aulas, tuvo que ponerse un poco de puntillas para identificar al otro y, cuando así fue, empezó a seguirlo al darse cuenta que iba al lado contrario de la salida del edificio.

- Ren.. - lo llamó y el nombrado volteó a verlo algo confundido.

- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No debes ir a entrenar antes del partido? - Le preguntó algo confundido y Jaemin metió sus manos dentro del bolsillo del pantalón.

- Me gustaría que estuvieras ahí mientras entreno, así que... - se encogió de hombros y vio como Renjun sonría de lado algo avergonzado - ¿Y qué dices?

- Me encantaría pero había hecho planes de practicar un poco las líneas antes de ir al gimnasio - aclaró y el pelinegro pasó una mano por su nuca.

- Entiendo, está bien. De todos modos, saldremos, ¿no? - Trató de sonreír pero una mueca apareció en su rostro y Renjun se sintió un poco mal al ver a Jaemin así. - Nos vemos al rato, ¿sí?

- Sí - acomodó una de las tiras de la mochila en su hombro y sintió como el otro dejaba un beso en su frente, para después dejarle ver un poco de su sonrisa antes de irse rápidamente al gimnasio.

Renjun tragó pesadamente y, levemente, tocó con la punta de sus dedos la parte en la que Jaemin acaba de besarlo. Miró a su alrededor, todos lo observaban y murmuraban un poco al respecto. Decidió caminar hacia el teatro del edificio, no había nadie más dentro por lo que se sintió un poco tranquilo de que nadie fuera a preguntarle sobre lo que acababa de pasar con el pelinegro. Se sentó en uno de los asientos del lugar y suspiró con algo de pesadez. Empezaba a preguntarse cuál había sido la principal razón por la que había llamado la atención de Na Jaemin, porque él y no alguien más.

- ¿Puedo saber en qué estás pensando? - Identificó la voz de Jeno y lo miró por un momento antes de acomodarse en el lugar que ocupaba - ¿Puedo...? - Señaló el asiento de al lado y Renjun asintió un poco.

- ¿Alguna vez te ha gustado alguien a quien pensaste odiar solo porque creías que fingía ser algo que no es? - Preguntó y Jeno lo pensó por unos segundos.

- No, tú no finges ser algo que no eres -aclaró y el chino frunció un poco el ceño al escuchar eso - ¿Por qué? ¿Te gusta alguien a quien habías juzgado sin antes conocerlo bien?

- No sé si solo sea gustar pero... me siento bien con él, es muy lindo conmigo y la forma en la que me trata hace que sienta como mariposas en mi estómago - bajó la mirada y Jeno entendió que; a estas alturas, sería completamente difícil hacer que Renjun se fijará en él cuando ya empezaba a hacerlo en otra persona -Simplemente... no sé cómo describirlo.

- Se trata de Jaemin, ¿verdad? - Preguntó y el chino lo miró por un momento antes de bajar su mirada algo avergonzado. El otro sonrió de lado y puso una de sus manos en la rodilla de Renjun - Vi cómo te besó en la frente, es obvio que él está perdidamente enamorado de ti y, por la forma en la que tú acariciaste tu frente, tú empiezas a enamorarte de él - el chino abrió un poco sus labios y volvió a juntarlos al escuchar eso, porque sabía que Jeno podría tener razón.- Sé lo que tu ex novio hizo, una vez escuché como le contabas a Donghyuk sobre eso y, aunque realmente me gustaría que tú estés conmigo, creo que Jaemin puede hacerte muy feliz.

- Lamento no poder corresponderte -murmuró y apartó lentamente la mano del otro.

- Lo siento - dijo al ver lo que el chino había hecho y le mostró una leve sonrisa antes de ponerse de pie - será mejor que te dejé solo de nuevo. No quiero meterme en problemas con tu casi novio - Renjun rio al escuchar como acababa de decirle al pelinegro, se quedó sentado unos minutos más después de escuchar como Jeno se iba y, con decisión, tomó sus cosas para luego irse del instituto por un momento..

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Sungchan escuchó como su mejor amigo suspiraba de nuevo y volteó a verlo con una ceja alzada, Jaemin no había dejado de suspirar desde que puso un pie en los vestidores y a esas alturas quería golpearse contra su casillero solo para no seguir escuchándolo.

- ¿Por qué Renjun es tan lindo? - Preguntó y Sungchan puso sus manos sobre su propio cuello.

- ¿Por qué Dios me castiga de esta forma? - Jaemin lo miró confundido y, cuando el mas alto vio al chino entrar y acercarse a ellos, no dudó en darle un golpe a su amigo para que se diera cuenta de la presencia del chino - Hola, Ren. ¿Sabes? Éste idiota no deja de pensar en ti y me está volviendo algo estúpido, nunca quiere compensarme con comida por tener que soportar todas las cursilerías que le gustaría decirte.

- No tienes por qué avergonzarme - le recordó y Renjun sintió sus mejillas enrojecer al notar que Jaemin no había negado lo que Sungchan dijo - ¿Qué es eso? - Preguntó el pelinegro señalando la bolsa que el chino tenía en una mano.

- Es algo de pollo, tú... dijiste que entrenarías un poco antes del partido, así que supuse que te daría algo de hambre y preferí ir a comprarte algo de comida, ¿es-está mal que comas antes de jugar? - Pasó su otra mano por su nuca y Sungchan tragó pesadamente antes de preguntar:

- ¿También puedo comer de eso? - Empezó a jugar tímidamente con sus dedos y Renjun asintió antes de extenderle la bolsa con comida. El de mayor estatura la tomó rápidamente y empezó a comer como si no lo hubiera hecho en años. El chino miró detenidamente a Jaemin y lo tomó de una mano, para luego empezar a llevarlo a una parte de los vestidores donde no pudieran verlos.

- ¿Pasa algo...? - Y, antes de que Jaemin pudiera terminar con su pregunta, el chino juntó sus labios en un dulce beso. Renjun hizo que Jaemin pusiera sus manos en su cintura y él las puso en los hombros del pelinegro para después ambos cerrar sus ojos, disfrutando un poco de aquello. - Creí que dijiste que no te abrazara cuando estuviera sudado.

- Sí, bueno... quizá deba empezar a acostumbrarme - murmuró y sus miradas se encontraron en cuanto abrieron los ojos.

Jaemin acarició una de las mejillas de Renjun y ambos sonrieron ampliamente antes de volver a besarse en los labios.