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Renjun miraba tímidamente a las personas en la pista de hielo. Estaba un poco sorprendido de que algunos niños; algunos menores a los diez años, supieran patinar y empezó a arrugar el borde de su suéter entre sus manos mientras tragaba pesadamente.

Jaemin terminó de asegurarse los patines y, cuando se puso de pie, miró confundido al chino. Quien se había vuelto a sentar y trataba de secar sus manos, algo, sudorosas.

- ¿Tienes mucho frío? - Le preguntó y Renjun no respondió. - ¿Quieres un café, chocolate caliente o un té? - Trató de mirarlo directamente a los ojos pero el chino bajó la mirada a los patines que tenía puestos. - Oh, ¿están lastimándote? - Renjun negó y mordió levemente de su labio inferior antes de responder.

- Yo... nunca he patinado sobre hielo -confesó y Jaemin asintió levemente ante aquella pequeña confesión. Pasó una mano por su nuca y le extendió su otra mano al chino, quien la miró algo confundido.

- ¿Confías en mí? - Le mostró una leve sonrisa y Renjun pareció pensarlo unos segundos. Jaemin lo estaba mirando nerviosamente, creyendo que el otro se iba a negar pero se sorprendió un poco cuando sintió que Renjun tomaba su mano para ponerse nuevamente de pie.

- Confió en ti - aseguró y sonrió ampliamente, haciendo que Jaemin sonriera de la misma forma al escuchar eso. El pelinegro fue el primero en entrar a la pista y, cuando fue el turno del chino, Renjun apretó un poco la mano del otro con la suya.

- No pasará nada malo, ¿sí? - Trató de convencerlo y llevó a Renjun hacia el tubo que servía de apoyo para que pudiera ayudarse. - Pon tu otra mano ahí - dijo y, sin quejarse, el chino obedeció. Teniendo agarrada; aun, la mano de Jaemin. Renjun miró sus pies y, lentamente, empezó a patinar con el exceso de ayuda que estaba recibiendo en ese momento. Se sentía algo patético por no saber hacer algo que parecía simple y Jaemin; al notar que Renjun se veía algo avergonzado, no dudó en ponerse frente a él.

- Siento que no puedo hacerlo - murmuró y suspiró antes de apoyar su espalda; un poco, contra el tubo. - ¿Por qué no mejor te espero sentado por ahí mientras tú te diviertes? - Preguntó, señalando unos asientos que estaban algo cerca de la pista. Jaemin no lo dejó de mirar y puso sus manos en los hombros de Renjun.

- Porque no es lo mismo patinar solo que patinar con alguien que enserio quieres tener cerca - aclaró, las mejillas de Renjun empezaron a tomar un leve tono rojizo y Jaemin puso sus manos en ellas. Fue acercando su rostro lentamente al de Renjun pero; antes de que pudiera siquiera tocar la frente del chino con la suya, éste digo:

- No quiero que me beses frente a muchas personas.

- ¿Estás diciendo que puedo besarte en un lugar donde no haya alguien más presente? - Preguntó algo sorprendido y Renjun apartó los brazos de Jaemin antes de agarrarse nuevamente del tubo.

- No, estoy diciendo que simplemente no quiero que me beses.

- Ah, ¿enserio? - Empezó a patinar a un lado de Renjun y éste no se molestó en mirarlo directamente.

- Enserio.

-¿Sí? Porque ese comentario realmente dice que quieres ser besado por mí pero en donde no haya alguien más presente, ¿sabes? - Renjun se soltó y, con trabajo, trató de patinar lejos del pelinegro. Jaemin; al ver que al chino se le complicaba un poco, no dudó en seguirlo. Entrelazó sus manos y, poniendo la otra en la cintura del chico frente a él, aclaró un poco su garganta. - Con tal de que pueda volver a besarte... no me molestaría quedarme en uno de los salones después de clases.

- Eres un tonto... - trató de quejarse pero rio un poco por lo que Jaemin dijo después.

- Pero empiezo a ser tu tonto favorito, ¿verdad?

- Contestaré eso en otra ocasión.

- ¿Por qué?

- Solo porque sí, Jaemin. Y... agradece que lo responderé y no te dejaré con la duda el resto de tu vida - aclaró y, de la misma forma en la que se había alejado del tubo, volvió a acercarse pero yendo hasta la salida de la pista -. ¡¿Te quedarás ahí o vas a acompañarme a los juegos?!

- ¡Espérame!




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Los chicos se sentaron en aquel puesto de la rueda de la fortuna. Cada uno se encontraba frente al otro y, cuando empezaron a subir lentamente, Jaemin pasó una mano por su nuca nerviosamente. Renjun, al ver eso, acomodó un poco su cabello e hizo que el pelinegro se pusiera un poco más nervioso en cuanto le mostró una leve sonrisa.

- Uhm, hasta ahora... ah, ¿te ha gustado la cita? - Preguntó y miró hacia otro lado.

- Pues; la verdad, ha sido divertido -confesó y humedeció sus labios. - Seré sincero contigo, ¿sí?

- Bien, te escucho.

- Cuando te dije de la cita, creí que todo saldría mal, que me ignorarías y estarías pegado al celular como otros hacen. Incluso me sorprendí al ver que quisiste enseñarme a patinar un poco - mordió por un momento su labio inferior y continuó. - Iba a comprar algodones de azúcar para cada uno pero tú te ofreciste a pagarlos, accidentalmente un niño hizo que yo tirara el mío al piso y tú terminaste compartiendo el tuyo conmigo. Uhm, lo que quiero decir es que... ha sido la mejor cita que he tenido - Jaemin dejó ver sus hoyuelos al saber eso y, cuando sintieron que la rueda de la fortuna se detenía, se dieron cuenta que ya debían salir.

- Dime, ¿por qué pensaste que tendría toda la atención en un objeto? Es decir, estoy en una cita con el lindo Huang Renjun, eso no pasa todos los días y es obvio que no iba a desaprovechar ni un segundo - aclaró y ambos empezaron a caminar a la salida del lugar.

- Bueno, sé que no debería decirlo pero... eso fue lo que hizo mi ex novio en una ocasión - bajo la mirada y Jaemin metió sus manos dentro de los bolsillos del pantalón.

- Pues tu ex novio es un idiota por no aprovechar el tiempo con alguien tan adorable como tú - dijo y tomó un tranquilo respiro. Su mirada se puso sobre una máquina de peluches y se acercó a ella mientras que Renjun lo miraba atentamente.

Metió una moneda, empezó a mover aquella garra y presionó el botón rojo. Se sintió bien cuando notó que logró su objetivo, agarro el peluche de ballena y, al ver que el chino lo miraba desde donde había corrido, se acercó a Renjun de nuevo. - Es para ti - el chino miró el peluche con ternura y lo agarró, sintiendo como las yemas de sus dedos rozaban los del pelinegro.

- Gracias. - Inconscientemente entrelazó su brazo con el de Jaemin y agregó: - ¿Lo preguntarás o dejarás que te gané otra vez?

-¿Disculpa? - Preguntó sin entender y Renjun sonrió de lado.

- Después de tu partido, ¿te gustaría que vayamos a comer algo de pollo frito? Debo decir que si aceptas, tienes que dejar que yo pagué y no aceptaré un no por respuesta ante eso - aclaró.

- Por supuesto que acepto y, aunque no me agrada la idea, aceptaré que pagues con una condición.

- ¿Cuál? - Preguntó frunciendo un poco el ceño, Jaemin le hizo una seña para que se acercará un poco más para decirle pero; en vez de escuchar unas palabras, sintió los labios del pelinegro contra su mejilla.    

I LOVE YOU ☆Jaeren☆Where stories live. Discover now