ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ → oo9

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➴ 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

—No es necesario que te quedes toda la noche despierta haciendo guardia.

Las palabras de Munson, pronunciadas con voz ronca y adormilada, desencadenaron que el ritmo cardíaco de la adolescente aumentase. Había logrado asustarla, pero Blake trató de disimularlo. Su mirada continuaba viajando por el nocturno cielo de Hawkins y sus pies permanecían danzando sobre las frías aguas del lago.

—Esa de ahí —con gracia, alzó la mano derecha y señaló un punto exacto en el firmamento—, es la Osa Mayor.

Curioso, Eddie se acomodó junto a Blake y elevó la mirada, tratando de localizar la constelación que había mencionado su acompañante. Aquel rincón de Hawkins, alejado de la luz artificial, permitía al cielo brillar con total apogeo.

—Todas las estrellas me parecen iguales —confesó, no logrando ubicar la constelación que la joven Hopper había mencionado.

—Mira —con cautela, Blake se aproximó a él y guió su mirada hacia el lugar exacto—, es ese carro de ahí. ¿Lo ves?

—Creo que sí —dudó. En realidad no estaba seguro de que lo que había logrado localizar era lo que Blake trataba de mostrarle.

—Y esa de ahí —una vez más, alzó la mano derecha; mientras que con la izquierda guiaba el rostro del mayor—, es Casiopea.

Friki fanática de Dragones y Mazmorras, con predilección por los grupos de rock, de carácter sarcástico y hostil, y entusiasta de las astronomía. Te tengo calada, Blake Hopper.

Inevitablemente, sonrió. Y, por inercia, encaró al mayor; vislumbrando su rostro y su mueca de diversión.

Friki fanático de Dragones y Mazmorras, futura estrella del rock, de carácter extravagante y rebelde, y camello en sus tiempos libres. Yo también te tengo calado, Eddie Munson.

En silencio, Eddie contempló cómo la luz de la luna iluminaba el pálido rostro de Blake, y marcaba con gracia los hoyuelos que se habían formado junto a una fugaz sonrisa. Él también sonrió.

—Si logramos salir inmunes de todo este follón, ¿te unirías al club? —la cuestión, inocente y sincera, confundió a la muchacha.

—¿Quieres que me una al Club Fuego Infernal?

—Juegas bien. Muy bien —admitió, ocultando el verdadero motivo de la ofrenda—. Sería un error pasar por alto tu talento, ¿no crees?

—¿Juego bien o es una excusa para verme a diario, Munson? —con picardía, se pronunció, al tiempo que se alejaba ligeramente de su acompañante y buscaba apoyo en la pared.

La sonrisa de Eddie había sido sustituida por una fina línea que denotaba seriedad. Blake lo observó dudosa, y acto seguido rio.

—¿Es tu primera táctica para conquistarme? Invitar a la friki a jugar a D & D —la diversión dominaba sus palabras a pesar de que internamente los nervios la carcomían.

—Oye Blake, con respeto a eso... —se arrepentía. Se arrepentía de ser tan bocazas y de haber pronunciado aquel "puedo conquistarte" unas horas atrás. Porque no podía; alguien como él jamás podría conquistar a alguien como ella. O eso era lo que su subconsciente le repetía.

—No. Hazlo, conquístame. Porque la gente como yo sí se puede fijar en la gente como tú. Incluso... —dudó en si debía continuar empleando las palabras que Eddie había mencionado después del "puedo conquistarte" o no. Al final, prosiguió hablando— ...enamorarse.

𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈 // Eᴅᴅɪᴇ Mᴜɴsᴏɴ Where stories live. Discover now