Capítulo 11

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Aitana

-Pues.....demasiada preocupación para ser un mero desconocido.

-No,no,no-interviene Ben-, no es un desconocido. Es el hombre que le metió la mano, al que se le paró, que encima le dijo que tenía algo allí abajo, que para colmo la atendió en el hospital y para acabar es el hermano de su vecina. No, esto es obra del destino.

-Que el destino se vaya a la mierda. Me puse nerviosa. Todo esto es un montón-suspiro corriendo mi cabello hacia atrás.

-Aitana...

-Y eso no es lo peor-me levanto sopesando cómo diría lo siguiente-, yo..... él me gritó.

-¡¿Qué?!-gritan al unisono.

-Es un hijo de puta.

-¿Quién mierda se piensa que es?

-Le voy a partir la cara.

-Oigan-intento calmarlos pero siguen en la suya.

-¿Dónde vive?

-Le preguntamos a su hermana.

-Chicos-siguen ignorándome.

-Dejame a mí, Danna, yo me encargo de....

-¡Basta!-vocifero tan alto que creo que me lastimé las cuerdas vocales. Capté su atención-, yo me volví loca, pensé que lo metí en problemas y empecé a alterarme, hacer preguntas y él... él simplemente me dijo que me tranquilizara,como no lo escuchaba, me gritó y yo....

-¿Porqué lo meterías en problemas?

-Olvidé mis bragas en el hospital. Él las encontró.

Los dos se miran pícaros para echarse a reír como dos niños al que les hacen cosquillas.

Entre carcajadas y carcajadas, suena el timbre. Salgo dejándolos encerrados en mi habitación y abro la puerta de entrada.

Joey.

-¿Qué haces aquí?-pregunto sin dejarlo pasar, a la vez que escucho como mis amigos salen quedando atrás mío.

-Te traje esto-me muestra una bolsa de papel.

-¿Qué es?-la tomo.

-Tus bragas-suelta sin pudor alguno y mis dos amigos vuelven a reír.

-¡Ya cállense!-volteo furiosa-como si tú no las usaras-señalo a Danna-y tú-ahora a Ben-, como si en tu puta vida no las hubieras hubieras visto.

Joey,que seguía detrás mío, largó una pequeña risa que me erizó la piel.

Me doy vuelta para mirarlo, tomo la bolsa,la dejo en la mesada que había al lado de la puerta, descuelgo mi gabardina y salgo con él dejando a los dos desquiciados dentro de mi casa.

-Necesito tomar aire-es lo único que le digo sin soltarle la mano mientras bajamos las escaleras.

-¿Y me necesitas a mí para eso? ¿No querrás otra cosa?

Freno para mirarlo.

-¿De verdad tu cabeza piensa solo en sexo?

-¿Crees que estaba pensando en eso?-arquea una ceja.

-¡Osh!-cierro mis ojos cansada-Déjalo-lo suelto bajando sola.

-Alto, alto-me toma del brazo haciendo que pare-lo siento ¿okay?

Está a pocos centímetros de mí y mi corazón late como si no se qué. Mi respiración está irregular y es porque cada que tengo a este hombre cerca me convierto en alguien que no soy,que nunca he sido.

Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]Where stories live. Discover now