Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]

~•~Capítulo 44~•~

Paso por este medio a decirles que, interrumpo EL capítulo, este(y los siguientes) fueron los capítulos que más ansiaba escribir, pero también me dolieron y costó ( aunque no parezca) hacerlo. Espero que les guste y ojalá pudiera saber lo que sienten al leerlo o que tienen para decir. Ya tengo las reacciones de mis amigas. ¿Y ustedes?

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Aitana

Miro la hora, ya son las doce del mediodía. Llevo dos horas sin poder desviar mis ojos de aquel objeto.

Lloro ante la idea de un posible bebé, pero debo calmarme y no hacerme falsas ilusiones.

Saco la prueba, y hago lo pedido.

Espero mordiéndome las uñas ante los nervios, cuando tocan timbre.

Salgo dejando el test en el lavabo.

Abro la puerta y me encuentro con Joey. Está extraño, lo sé. Ni siquiera me besa, simplemente pasa, y luego de que cierre la puerta, voy con él, que ya está junto al sofá.

—No he podido venir antes por una cirugía que no iba a posponer.

—¿Qué sucede?

—Irati—se da vuelta y yo me coloco frente a él.

—Dime.

—Aitana. Irati, Aitana.

Oh, no.

—Dime, ¿quién eres en realidad?

—¿Qué? —digo casi inaudible.

—¿Cuánto creías que iba a tardar en enterarme? ¡¿Porque me mentiste?! ¡Yo fui sincero contigo! ¡Te lo dije todo! ¡Todo! ¡Te conté lo de Aislin! ¡Lo que solía hacer antes de conocerte! Te llevé a… ¡Dios! ¡Te confié todo, niña! ¡Todo!

—Joey...—intento acercarme, pero él se aleja.

—Explícamelo. Dilo, ¿qué otra cosa no se de ti? Sé que al final te llamas Aitana, como la primera noche que lo dijiste, supongo que fue la única vez donde obtuve tu sinceridad.

—¡No fue la única! ¡He sido sincera contigo siempre! —suelto entre lágrimas.

—¿Siempre? ¿Y qué con Lili? También me enteré que es tu madre.

Y lo de Jackson, entonces....

<<No dijo nada respecto a él y demás>>

—Déjalo, ya no importa.

—Joey, espera—digo tras él con mis ojos empañados.

—¿Y sabes qué es lo peor? —se da vuelta antes de salir—que creí que tú no eras ese tipo. Pensé que eras diferente. Pero veo que me equivoqué. ¡Dije que no me iba a enamorar! ¡Y heme aquí! —se señala—¡Perdidamente enamorado de una mentirosa que no hizo más que verme la cara!

—¡Joey! —intento frenarlo.

—Ahora no, Irati o Aitana, cómo te llames—baja por las escaleras dando grandes zancadas.

Entro a la casa nuevamente y llamo a mi amiga, quién al tercer tono, contesta.

—Da-Danna, él... él lo sa-sabe.

—Cálmate, respira, y empieza de nuevo, ¿de quién hablas?

—De Joey, ya sabe quién soy, y….

—Tranquila, en cinco minutos estoy allí.

Cuelga y camino inquieta de una punta a otra. Seco mis lágrimas, tomo un poco de agua y la espero.