Capitulo 18

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Desde temprana edad cayeron responsabilidades en sus hombros, tenía que ser una baronesa a la perfección; Postura correcta, modales impecables y no a de faltar saber cómo funciona su compromiso con su pueblo.

Estuvo rodeada de adultos la gran parte de su infancia, que le demostraban lo que tenía que hacer y como debía actuar. Su día era muy ocupado, ¿Tiempo libre? Para nada, no podía perder su tiempo, no podía dejar sus responsabilidades de lado.

Quizás podía dar un paseo por su enorme jardín de dulce, tomaba un poco de aire y continuaba con sus enseñanzas.

El tiempo transcurrió y siempre era lo mismo, tenía que estar preparada ante toda situación; Por su mente pasaba una y otra vez "¿Por qué?" Nunca pudo cuestionar o desobedecer a sus mayores, ellos eran sus superiores, su opinión no era válida.

A los 19 años se convirtió en baronesa y gobernante de Sugarland Shimmy; Finalmente podía poner aprueba todo lo que le habían enseñado y para lo que se le preparó todo este tiempo. Se encargó tanto del orden como la paz ante los demás reinos de Inkwell y continuar con la industria de dulces familiar.

Formando una mujer de carácter duro, una baronesa que tenía el control y sabía que todo debe ser perfecto y ordenado, una mujer que fue despojada de su libertad y opinión a temprana a edad, pero lo hecho, hecho está, no hay vuelta atrás.

Eso era lo que pensaba ella... Hasta que conoció a Djimmi y a Beppi, siendo sus primeros amigos que le enseñaron cómo disfrutar de la vida... Eso abrió sus ojos y decidió darse más libertades en su labor de gobernante, obviamente esto no le agradó a los del Consejo Real, pero su opinión le valía tanto como el mar de Bolivia, no existe.

Ahora tenía un novio al cual ama mucho y por el que estaría dispuesta a desafiar cualquier Ley, con Cuphead se divertía todos los días y tenía una aventura diferente de las que aprendía algo nuevo, como esa vez que la llevó a una pelea de gallos, aunque no había salido tan bien como esperaban.

─ ¿Crees que todo va a salir bien? ─ Diría Bombón nerviosa, viendo como Hilda hablaba con Goopy, ésta estaba dispuesta a confesar los sentimientos que tenía por él.

─ Seguramente, crucemos los dedos. ─ Tragó grueso Cuphead, estos la habían alentada para que se confesara y si no salía bien, temían que Hilda se enojara con ellos, comenzaron a rezarle al de arriba.

30 Días CupbonWhere stories live. Discover now