Parte 4: Káterin

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Era sábado noche, en pleno confinamiento de pandemia, lo normal hubiera sido salir de copas con los amigos, pero como estaba obligado a estar en casa se preparó un ron cola y abrió el ordenador portátil y decidió meterse en Omegle para pasar el rato.

Pasó un buen tiempo aburrido en Omegle, apenas nadie interesante con quien charlar, solo hombres que pasaban rápido, algunos tontos inmaduros que estaban de broma, esos que insultan y corriendo pasan no vaya a ser que les devuelvan el insulto, luego están los que nunca faltan, los que buscan pene de forma directa y sin tapujos, más siniestros son aquellos que con la cam apagada dicen ser mujeres y piden que les muestres pene a la primera oportunidad, pero José, el profesor, no estaba tan desesperado como para caer en esa burda trampa, su regla es que si quieres coqueteo, las cams deben estar abiertas para poderse ver, así que aquellos pervertidos que buscan pene haciéndose pasar por mujer no tenían nada que hacer con él, respecto a las mujeres todas se iban tras el primer hola, lo cual era comprensible porque el profesor debido a su timidez no mostraba la cara, y en Omegle no mostrar la cara es sinónimo de turbio, de hecho el insulto más común que recibía era el de pajero, por más que tuviera las manos sobre el teclado y vistiese pantalón y camiseta.

De pronto apareció una chica frente a la cam que no se va tras el primer hola, destacan sus bonitos ojos negros y una boca impresionante, con gruesos labios pintados de carmín y una sonrisa muy sensual, lucía una camisa a cuadros de botones algo ceñida, el último botón desabrochado dejaba ver un lindo escote que destacaba una figura muy sexy, por poner un pero, decir que tenía una nariz algo chata y ancha, pero el conjunto de su cara lucía como una chica linda y guapa.

- Hola, me llamo José y soy de España ¿Cómo te llamas?

- Me llamo Káterin, soy de Venezuela. Encantada.

- Un gusto Káterin.

Tras la presentación, ella le preguntó curiosa que porqué no mostraba la cara, el profesor contestó:

- Soy tímido y algo mayor, a ti en cambio se te ve joven, me da cosa mostrar la cara, seguro que si te muestro la cara, me pasas corriendo y te vas sin decir adiós.

- Tengo una norma aquí, si yo muestro cara, lo mínimo que le pido a la otra persona con la que hablo es que también muestre su rostro.

- De acuerdo, mostraré mi cara, el profesor movió la pantalla de su ordenador apuntando hacia su rostro, dejando ver al señor maduro de más de 40 que era, barba no muy poblada, pelo rizado y gafas de pasta negra (como no podía ser de otra forma en un profesor) que le daban un aspecto intermedio entre profesor promedio y científico loco despistado.

- ¡Vaya sí que eres mayor!, ¿qué edad tienes? Preguntó Káterin.

- Tengo 44 años ¿y tú? creo que debes andar por los 20 o así.

- 21, pero cumplo 22 el mes que viene, respondió Káterin con una amplia sonrisa en su cara.

- Gracias por no pasarme de momento.

- Tranquilo solo quiero charlar y conocer gente, así que mientras no seas un pervertido y me digas que quieres mostrarme tu pene no me iré. (diciendo esto último a la vez que se reía).

- Tranquila no soy de esos, aunque reconozco que si he practicado sexcam, contestó el profesor.

- Te aviso que si estás buscando eso conmigo pierdes el tiempo, no entro en Omegle para mostrar mis pechos, contestó Káterin de forma tajante.

- Bueno no busco sexcam de forma activa, pero si surge no diré que no, son tiempos duros estos de la pandemia, todos encerrados en casa y sin poder relacionarnos en persona, así que mis pretensiones son las de conocer a gente agradable y tener una amena charla.

La Distancia y el DeseoWhere stories live. Discover now