XXXVIII: El sacerdote que necesitamos

1.3K 137 46
                                    

Arco

Me encuentro con una ciudad llena de vida con diferentes seres conviviendo. Apesta, es sucia... agarro la mano de alguien que trata de agarrar algo del bulto de Iris, y roban. Ya lo odio, dudo que aquí haya una iglesia.

—¿Sabes dónde queda esa pirámide donde los entrenan? — pregunta Pedro, el padre de Iris, a lo que ella asiente.

—Podemos ir, pero dudo que Arco se quiera acercar. — responde a lo que gruño, Iris se encoje de hombro y toca a su padre. Ni loco vuelvo donde fui entrenado hasta casi llegar a la muerte, conocer a Luna y... —Pueden quedarse a lo que yo hago lo mío, sino vuelvo en tres días me pueden buscar.

—No creo que sea seguro que camines por ahí, te pueden estar espiando. — comenta Pedro preocupado.

—Le arrancare la cabeza al que lo intente. — le contesta mi comprometida logrando que se me asome una sonrisa, pero no causa lo mismo tras ver los ojos aterrados de Pedro.

—Yo me quedo con Arco. — avisa Luz. —Tal vez me necesite para entablar relación entre su suegro y él. — giro mis ojos.

—Ve con cuidado, cualquier cosa aúlla e iré rápido. — le informo a Iris acercándome a ella para luego unir nuestras narices.

—Estaré bien papi, aullare cualquier cosa. — Iris se acerca a su padre y le da un beso en el cachete para luego desaparecer entre la horrible, sucia, delincuentes de personas que habitan estas tierras.

Nos da un último adiós con la mano la cual nosotros respondemos. Observo como la atmosfera es gris, muy característico de los seres que he escuchado hablar de esta ciudad. Bien ahora me toca desaparecer de los ojos de mi...

—Creo que se dé una iglesia católica en esta mugrienta cuidad. — me sorprendo al oír lo cooperativo que esta.

—Seria bueno preguntarles a los lugareños. — aconseja Luz.

—Les preguntares a los mugrosos. — comento acercándome a una mesa que venden drogas raras para dragones, licántropos, entre otros seres. —Oiga ¿no sabe de alguna iglesia católica? — le pregunto a la mujer que espera a su próxima presa para vender sus drogas, esta se ríe sin poder creer lo que esta escuchando.

—¿Una iglesia católica aquí? Mira a tu alrededor joven, somos lo más cercano a satanás, aquí no esta Dios. — responde y hace una monería con las manos que me aleje.

—Maldita bruja... — digo entre dientes. —¿Acaso no sabes con quien...? — Pedro se interpone entre mí y la bruja.

—Lamentamos molestarla, gracias por la información. — responde el hombre con pocas canas en el cabello tomando del brazo y alejándonos de la bruja satánica. —No puedes estar diciendo por ahí quien eres Arco, es peligroso, aun no controlar la mayoría de las naciones. Es mejor buscar nosotros mismos y estudiar a las personas antes de preguntar.

—Lo siento, aun se me hace difícil entablar conversaciones con otros seres que no admiro. — me disculpo a lo que él ríe y me da unas palmadas en el hombro.

—Eres como un mono que intenta ser humano. — ríe a lo que lo miro serio haciendo que se calle. —Lo siento, es que no me acostumbro en verte como humano. — creí que había mejorado nuestra relación, pero, aunque sea bastante animal puedo notar que hay roces aquí, aguanto decirle algunas cosas por respeto que es papa de Iris.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 22, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Alfa Iris: ConexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora