La Película de Luna y Matteo [2]

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Matteo y Luna saben que no se necesita siempre palabras para hacer sentir mejor al otro. La mayoría del tiempo las caricias, los abrazos y los besos son suficientes para sacar una sonrisa al otro. Y es exactamente lo que hizo el italiano.

—Gracias, mi chico fresa. Te amo mucho. —Sonríe ella.

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En la cocina de la mansión, Luna escuchó a Sharon decir a Rey que iban a despedir a alguien.

Luna : ¿A quién van a despedir?

Rey : Creo que no es asunto suyo quien tengamos que despedir o a quien tengamos que contratar, señorita Luna.

—Figuras de autoridad, abusan de su poder. —Suspira el castaño.

—Hablas como tu padre. —Ríe.

Luna : Si, si ya lo sé que no es asunto mío y que no me debo de meter en cosas que no me importan pero cuando la escuché a la señora Sharon, me preocupé.

—Es que mi padre siempre dice esto. En su trabajo siempre tiene que reducir las tensiones entre dos gobernantes porque ambos abusan de sus poderes. Y la verdad es que el poder y el dinero ciegan. —Dice el mayor.

Rey : Justamente por escuchar conversaciones ajenas se generan los malos entendidos.

—Es verdad. Te hace olvidar de las cosas importantes. La familia, los amigos, la pasión, la felicidad. —Agrega la mexicana.

Luna : Si, lo sé y quiero pedirle una disculpa por ser tan metida.

—Qué bueno que tengamos el mismo punto de vista sobre el valor de la vida. —Sonríe el ojimiel. —Porque habrá que enseñarle esto a nuestro bebé.

La castaña se sonroja y asiente con una sonrisa.

Rey : Está bien, no hay problema. Intente que no vuelva a repetirse.

Luna : Okey. Voy a mi cuarto, con permiso.

Luna sale de la cocina.

***

El día siguiente, Matteo y Gastón hablan en los pasillos del Blake.

Gastón : La verdad que se te extraña mucho en la pista. ¿En serio no vas a participar?

Matteo : ¿Otra vez con eso? Ya te dije que no.

—Eso le veremos, Matteito. —Dice la menor.

—Uh si Matteo del pasado, que la chica delivery nunca se rinde. —Asiente.

Gastón : ¿Tanto tiempo te toma entrenar con los adrenaline?

Matteo : No es por ellos, es por Luna.

Gastón : Bueno, justamente por ella es que tenés que volver. Luna te necesita, amigo. Está muy presionada con todo lo de la competencia.

Matteo : Ya lo sé. Por eso encontré la manera para ayudarla sin confundirla.

—Te confundías solo. —Dice y Matteo se indigna.

—Tú siempre le huías a tus sentimientos. —Replica.

Gastón : ¿Cómo?

—¿Y no es lo que estabas haciendo tú en esa época?

El italiano se queda en silencio y cruza sus brazos.

Matteo : Espera un segundito, te mando un vídeo. (saca su celular)