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—Bueno, entonces le contrato como mi compañero de detective oficial, señor Balsano. —Dice Luna riendo.

—Muchas gracias señora Valente pronto de Balsano. —Contesta dándole una sonrisa coqueta.

—¿Y tú vas a ser el señor Balsano de Valente acaso?

—Claro que si, mi amor. Quiero ser un Valente tanto como tú vas a ser una Balsano. —Sonríe Matteo.

—Te amo.

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En la cocina de la mansión, Luna y Nina escucharon a Matteo y Gastón hablar por el celular sin querer.

Luna : ¿Qué? ¿De qué verdad está hablando?

Nina : No, no sé. Se cortó.

Luna : Bueno, mejor. Si Matteo tiene que decirme algo es mejor que nos veamos y que él me diga todo mirándome a los ojos. Pero a ver, no entiendo de qué verdad está hablando. ¿Por qué no me podría decir?

—Porque mirándome a los ojos me puedes analizar ¿verdad?

—Exacto. Acertaste mi amor. —Ríe la mexicana guiñándole el ojo.

Nina : No sé Luna, es todo demasiado raro.

Luna : Ay no. Sabes que, para mí... para mí se enamoró de otra chica durante las va canciones, si. Eso me va a decir.

—Imposible que pase eso. —Dice firme el italiano.

Nina : No, no, no, Luna. Yo estoy convencida de que a Matteo le siguen pasando cosas con vos. Cada vez que te ve, los ojos le brillan.

—Exacto. —Señala él mirando a la castaña con amor. Ella le da un beso en los labios.

Luna : No, Nina. Es que tú también lo escuchaste. Algo le está pasando. No sé por qué no me dice.

Nina : Bueno, quizás le cuesta decir lo que piensa, expresar sus sentimientos. Sabes que, hace poco leí una encuesta online que decía que a los varones les cuesta más expresar los sentimientos que a las mujeres. Solamente un treinta y cinco por ciento de ellos puede hacerlo.

—Seguro Simón hace parte de esos treinta y cinco por ciento. —Comenta el castaño.

Luna : No lo sé, Nina. Tengo una sensación muy extraña. ¿Qué hago?

Nina : No sé, Luna. Tienes que hablarlo con él. Sea lo que sea, tenés que saber la verdad.

Luna asiente y suspira.

***

En la sala de la mansión, Luna busca a Amanda y se encuentra con Alfredo.

Luna le habla de su pasión por el patín.

Luna : La verdad es que cuando yo patino, siento eso. Como si a mis ruedas le salieran alas, como si pudieran volar.

Bajo mis pies no hay gravedad, solo hay alas. —Canta el mayor riendo.

—Por eso se llama así. —Sonríe ella.

Alfredo : (sonríe y se voltea hacia la foto en la cómoda) Mi hija Lili era igual, pura pasión. Pero no hablemos de eso. Sharon quiere olvidar el pasado y se equivoca. El pasado siempre está presente.

Luna piensa en las palabras de Alfredo.

—Pero yo creo que tampoco hay que vivir en el pasado. Digo, está bien saber y recordar lo que pasó. Pero también hay que mirar adelante. —Comenta la menor.

La Película de Luna y Matteo [2]Where stories live. Discover now