『03』

2.3K 276 56
                                    

La dulzura cubre sus papilas gustativas mientras chupa una piruleta. Son las cinco de la tarde y ha decidido darse un gustito después de la escuela.

La brisa fresca le mueve un poco el cabello. Caminando casi sin rumbo, mira su cuaderno de notas mientras escribe algunas ideas para próximas bromas.

Aunque la tranquilidad de hoy se derrumbó lentamente cuando Shiroi sintió la presencia de alguien.

En el ambiente rebosaba de un silencio espeluznante, pero definitivamente escuchó pasos suaves.

Al girar la cabeza para echar un vistazo detrás de ella, no vio a nadie.

Estar acostumbrada a estos escenarios no es nada divertido. Siempre se siente como si estuviera en una película de terror.

Por no hablar de que su andar es defectuoso a causa del yeso que lleva en el pie; cada pisada no era uniforme. Pero, por lo menos, su ritmo de curación ha sido más rápido, así que ahora está mejor.

Al acercarse a una tienda, Shiroi entró apresuradamente en ella.

─¿Una chica se está metiendo contigo?─

Sus dedos, que estaban a pocos centímetros de una barra de caramelo, se detuvieron cuando una voz grave habló.

─Sí, Ken-chin. La vi huir anoche. Lástima que estaba oscuro y no pude verle la cara─

No puede ser... ¿Qué está haciendo aquí?

─¿Qué piensas hacer cuando descubras quién es?─

─Todavía no lo sé. Es una chica, así que probablemente algo diferente─

Sus pasos eran discretos como los de un depredador. Acercándose a ellos, jugó a buscar en los estantes mirando algunas cosas al azar.

Su mano izquierda se metió en el bolsillo de su ropa, mientras su otra mano sostenía el palo de su piruleta. Esto era completamente innecesario.

El chico con Mikey, de pelo rubio trenzado y un tatuaje de un dragón en la cabeza, la miró pero no le dio importancia.

Inesperadamente, sus ojos se posaron en una caja de dorayaki. Tratando de alcanzarla, otro brazo la acaparó de repente.

¿Acaba de acaparar el dorayaki que quedaba?

Diablos, ni siquiera se dieron cuenta de que ella intentaba cogerlo primero.

─Mikey, deja tu adicción al dorayaki de una vez─ le recriminó el tatuado a Mikey, pero fue ignorado descaradamente.

Un hombre con un traje negro entró y se dirigió directamente a la cajera. ─¿Ha visto pasar a una chica? De aproximadamente 1.60 , su pelo es blanco y ojos rojos.

Los dos chicos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se quedaron mirando a Shiroi de arriba abajo.

Jugueteando con el dobladillo de su ropa, ella tragó saliva.

─¡Oh, sí! Acaba de entrar aquí. Aunque no estoy segura de en qué pasillo...─

Draken entrecerró los ojos hacia ella mientras Mikey permanecía indiferente, pero la sospecha en sus ojos es evidente.

Ambos volvieron a mirar al hombre de traje, pero en el momento en que volvieron a mirar a Shiroi, ella... desapareció.

Shiroi se escabulló de la tienda. Se negó a luchar contra alguien estando en su estado .

Caminando cada vez más rápido, calmó los latidos de su corazón. Todavía no se había dado cuenta de que había más hombres dispersos por la calle.

De repente, le dieron un fuerte tirón del brazo hacia un lado, llevándola a una zona apartada que parecía una especie de aparcamiento abandonado.

Levantando el brazo para zafarse de su agarre, se puso en posición de combate.

Más hombres la rodean. La superan en número; estos hombres también están entrenados.

─Kobayashi Shiroi, ven con nosotros─

─¿Qué le has hecho a mi hermano?─ gruñó ella, sosteniendo firmemente al hombre con una mirada siniestra.

─Hace veintidós horas, el nombre de tu hermano ya no existe─

¿Borraron sus archivos en este mundo? ¿Fingieron su muerte a los funcionarios? ¿Lo encarcelaron? ¿Lo asesinaron?

Con una capa de ira, los hombres se lanzaron hacia ella. Uno de ellos sostenía una cuerda y una cinta.

Son rápidos, pero su ventaja de ser más veloz hizo que lograra realizar un uppercut a uno de ellos.

Usando su pierna no herida, la balanceó, aterrizando en la espalda del hombre. Un desagradable sonido resonó en sus oídos.

Robando la cuerda, estranguló a uno de ellos y utilizó a la persona como escudo improvisado.

Desde atrás, le golpearon el abdomen con el mango de una pistola. Inevitablemente, sintió el sabor de algo metálico. La sangre carmesí goteaba por el borde de sus labios.

Alguien le dio una patada en el pie que aún estaba curando.

─¡AGHHH-!─ gimió por el dolor.

Tropezando contra la pared, luchó por levantarse de nuevo, sólo para ser congelada en su lugar cuando una pistola cargada apuntó a su cara.

Los músculos de su cuerpo se tensaron y el dolor aumentó poco a poco. Se quedó sin fuerzas y sus nervios palpitaron con electricidad.

Se sentía débil, tanto física como emocionalmente. Estas cosas solían ser pan comido. Un simple pie roto no debería haber sido un problema comparado con sus habilidades.

¿Qué tan diferente es Daikokuten que perdí?

La probabilidad de ir en contra de estos tipos se redujo a cero. Está temporalmente paralizada y a punto de perder el conocimiento.

Le ataron las muñeca y las piernas con una cuerda y le cerraron la boca con cinta adhesiva.

Está sola. Su hermano no está en ninguna parte. Nadie puede ayudarla en este momento. ¿Cómo puede uno salvarse si está secuestrado?

Los pensamientos negativos empañan su mente. Ella es una pesimista, de acuerdo.

Un hombre que blandía una pistola se dirigió a un lado de su cabeza. Sus fríos dedos rozaron su cabellera detrás de la oreja.

Detrás de su oreja izquierda había un tatuaje. La palabra "Bishamonten" en kanji inscrita con tinta negra.

Bishamonten; el nombre de su grupo yakuza con su hermano. Ha sido transmitido por parte de su madre.

─El jefe está deseando verte...─ se rió el hombre.

─Docenas de vosotros os habéis juntado con una chica coja, ¿eh? ¿Qué quieres de mí?─se burló.

─¿De verdad quieres saberlo?─

➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ||  ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora