𝒊. 𝐆𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐔𝐩 𝐭𝐡𝐞 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫𝐬

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HAYLEY POV

Luego de darle mi visita diaria a Elijah (quien estaba dentro de un ataúd con los demás Mikaelson) bajé del ático para ver a las niñas.

Me apoyé contra la puerta, viendo a Hope dibujar en su cuaderno y a Kelsey comiendo las galletas que le había preparado. Ambas eran unas niñas muy hermosas e inteligentes, sabía que sus padres estarían orgullosos de ellas.

Me gusta pensar que Davina está conmigo, viendo a su hija crecer como lo merecía.

De pronto, escuché un ruido como de un vehículo estacionándose afuera de la casa. Supe que las niñas también lo escucharon cuando levantaron la cabeza y me miraron.

—¿Es ella? —preguntaron al mismo tiempo con entusiasmo.

Sonreí.

—Déjenme revisar. —le di una última audición. —Quédense adentro.

Ellas asintieron y me dirigí afuera donde, como supuse, Mary me esperaba mientras salía de su camioneta.

Mary me sonrió y se acercó.

—Vaya. ¿No eres hermosa?

Me acerqué también dándole una ojeada a los lados.

—¿Segura que nadie te siguió?

Ella me dio una mirada obvia.

—He evitado problemas desde mucho antes de que nacieras. ¿Dónde están esas pequeñas?

Intentó dirigirse a la casa, pero yo estaba demasiada inquieta y la detuve.

—¿Lo encontraste? —Mary me dio una mirada. —Mary, por favor. Tras todo este tiempo, estoy cerca de recuperarlos. —le expliqué. —Hay cura para el veneno de Freya y una bruja sacará de Rebekah esa maldición.

—¿Así que en verdad lo harás? —le miré confundida y ella prosiguió. —¿Curarlos y despertarlos? —aclaró incrédula. Miré incómoda hacia un lado. —¿Alguna vez pensaste que ellas están mejor sin ellos?

—Hice una promesa. —me defendí.

—¿A quien? ¿A Elijah?

—A mi hija y a Kelsey. —le corregí. —Les prometí un hogar donde estén seguras y protegidas por la gente que las aman. —suspiré. —Mary, también son unas Mikaelson. Heredaron todos sus enemigos y un poder que... no comprendo. —le confesé con miedo. —Kelsey a tenido muchos problemas para controlar su magia últimamente y necesita que le enseñe cómo controlarlo, al igual que a Hope. No puedo hacer esto sola.

Mary suspiró y me miró.

—Dijiste que para despertara a los Mikaelson es necesario hallar a las siete manadas de lobos. Encontraste seis. La última, los Malraux... pensé que los habían exterminado. —confesó y luego sacó un papel de su bolsillo. —Según esto, podría quedar uno. —intenté tomar el papel pero Mary me detuvo. —Hayley, buscaste durante cinco años. No encontraste nada. De pronto, alguien me da una pista. ¿Y si alguien también la encontró? ¿Y si es una trampa?

Tomé el papel delicadamente y las dos nos adentramos a la casa.

Una hora más tarde.

Kelsey saltó a mis brazos para darme un abrazo y yo lo acepté gustosa.

—¿Tienes que irte? —escuché la pregunta de mi hija.

La miré con cariño mientras le daba un beso en la frente a Kelsey.

—Sí, pero regresaré muy pronto. Y no estaré sola. —le di un abrazo a mi hija. —Te llamaré a ti y a tu prima cada noche antes de que se acuesten, ¿está bien? —nos separamos y miré a ambas niñas. —Mientras tanto, escuchen a Mary. ¿Aceptan?

Besé dos dedos míos y Hope hizo lo mismo para luego ambas conectarlos con una sonrisa. Me giré hacia Kelsey, quien tenía una ceja levantada.

—Tía Hayls, te amo, pero no.

Rodé los ojos divertida y la abracé de nuevo. Nos separamos y Mary y yo comenzamos a caminar hacia el camión donde tenía guardados todos los ataúdes.

—No bajes la guardia, sigue moviéndote. —escuché a Mary advertirme. —Si presientes problemas, corres. A esos tipos de allá les queda mucha vida. Necesitas mantenerte viva por las niñas.

Me volteé y la miré seria.

—Todo lo que hago es por ellas.

Sin mirar atrás, me metí en el camión.

𝖐𝖔𝖑𝖛𝖎𝖓𝖆'𝖘 𝖉𝖆𝖚𝖌𝖍𝖙𝖊𝖗, 𝗍𝗁𝖾 𝗈𝗋𝗂𝗀𝗂𝗇𝖺𝗅𝗌. [completa]Where stories live. Discover now