Capítulo 31. [Colisión]

Start from the beginning
                                    

—No entiendo cómo puede aparecerse así, justamente hoy. Es una víbora, una zorra sin oficio—masculló molesta Elisabeth. 

—No hay que darle más importancia de la que amerita. Sáhara lo único que busca con todo esto es llamar la atención y lo único que causa es lástima—fue Luciano quien habló—. La celebración no debería parar. En tanto Bárbara se deshace de esa mujer, sigamos la fiesta, ¿no?—propuso con una sonrisa. 

La música volvió a escucharse dentro del restaurante donde Bárbara le había preparado la sorpresa. 

—¿Estás bien?—le preguntó Alonso a Macarena segundos después de que todos dieran por olvidado la situación tan incómoda que habían presenciado. Era su hija, le preocupaba su bienestar y desde que Bárbara había decidido salir con ella, Macarena no había vuelto a hablar. 

—Ignorando el hecho que mi novia justo ahora está allá afuera, hablando con su primer amor, sí. Estoy bien, papá. Magníficamente bien. 

—Sabes que conmigo no tienes necesidad de fingir, Macarena. Soy tu padre, te he visto crecer todos estos años y puedo reconocer esa tristeza en tus ojos—la castaña desvió la mirada—. Escucha, sé que esto es difícil, y quizá no puedo imaginar como te sientes, pero era necesario que ocurriera. Tal vez no así, pero ella debía enfrentarla en algún momento. Lo que Sáhara y Bárbara vivieron fue realmente intenso, Macarena—Macarena lo vio en completo silencio. Si algo admiraba de su padre era la manera eficaz que tenía de hacerte entender la realidad de las cosas. Ella no era quien para juzgar el pasado de nadie, pero no podía evitar sentirse llena de tristeza. Alonso suspiró al saber que no le diría nada—. Me duele verte así, hija. 

—Solo necesito estar sola, papá. 

Fue casi una súplica la necesidad de querer estar sola. 

—No es tan grave como parece. 

—¿A qué te refieres?—le preguntó, pero él solo sonrió de lleno, metiendo las manos en sus bolsillos traseros y marchándose. Dándole esa intimidad que tanto anhelaba su hija. 

Al verlo marcharse, Macarena cerró los ojos fuertemente deseando desaparecer. Ya ni siquiera le importaba el hecho de estar "celebrando" algo que Bárbara había preparado para ella, lo único que quería la castaña era que la tierra se abriera y la consumiera con todas sus fuerzas. 

—Este lugar se está llenando de víboras—dijo alguien a su lado viendo hacia la entrada principal. 

Jeniffer entró al restaurante con la cabeza enaltecida y una sonrisa impecable en su rostro. La mujer caminaba con mucha lentitud, pasos cortos pero firmes, imponentes, pero todo eso acabó cuando Elisabeth se cruzó en medio de su camino tomándola bruscamente por el brazo. 

—¿Qué estás haciendo aquí, Jeniffer?

Jeniffer se soltó de su agarre con más brusquedad viéndola con seriedad. 

—Podría molestarme con Bárbara por haber invitado a sus perros guardianes y no a mi, que vivimos tantos momentos juntas, pero vine por otro motivo en especial—sus ojos se digirieron a Macarena, quien estaba viéndola desde una pequeña distancia junto a Helena. 

Para Jeniffer fue imposible no sonreír, así que lo hizo, maravillosamente mientras se encaminaba a ella. 

—Macarena—la saludó con una sonrisa muy acentuada, casi hipócrita, y todos lo notaron. Jeniffer era fría y calculadora y nunca pasó desapercibido para nadie—. Qué gusto volver a encontrarnos después de tanto tiempo. La verdad, no podía creer que Bárbara después de rehusarse tantas veces a formal algo sólido y estable con alguien, haya decidido avanzar lo que sea que tenga contigo—hizo una mueca—. Es una pena. Sus amantes se pondrán muy tristes. 

[ [ ꪶíꪀꫀꪖડ ρꪖ𝕣ꪖꪶꫀꪶꪖડ ] | | 𝐁𝐚𝐫𝐛𝐚𝐫𝐞𝐧𝐚 AUWhere stories live. Discover now