EPÍLOGO

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Jungkook y Yoongi estaban de pie en el vacío apartamento de una habitación, mirando alrededor mientras que Herb, el propietario, se apoyaba en el marco de la puerta. —Hay un cuarto de baño, un dormitorio, y una bonita cocina de buen tamaño. Es tres veces el tamaño del mono ambiente que alquilas ahora, Jungkook.

¿Qué opinas? —Yoongi le preguntó a Jungkook.

—Está claro que es mucho más grande que el mío —dijo Jungkook en voz alta mientras echaba un vistazo a la cocina. Yoongi se moría por mudarse en seguida. El mes de Jungkook terminaba, y podrían mudarse aquí. Yoongi bullía por la excitación.

¡Lo amo! Ya tengo planes sobre como quiero decorar el lugar. Vi esa tienda de segunda mano abajo por el mercado. Abrieron hace poco, y tienen algunas cosas geniales.

Reduce la velocidad, mi pequeño oso. Te estás adelantando.

—¿Es este el lugar? —preguntó Jaehyun cuando entró en el apartamento, echando un vistazo alrededor—. Es mucho más grande que el otro.

Yoongi se alegró de que el jefe de Jungkook hubiera venido a mirar el apartamento. No había tenido oportunidad de agradecerle al hombre el dinero de la fianza.Aún no podía creer que el hombre les diera el dinero, pero Yoongi estaba agradecido por su bondad.

—¡Yoongi! —Yeji llamó mientras vagaba en el vestíbulo. Yoongi se apresuró a la puerta para hacerla entrar.

—¿Qué hace ella aquí? —preguntó Jungkook—. No es que no este contento de verla.

Quiso comprobar mi nueva vivienda. Dijo que no podría dormir hasta que conociera donde viviría y que estaba seguro.

—Bueno, hola, dulzura —dijo Jaehyun cuando cruzó el cuarto, cogiendo la mano de Yeji con la suya y colocando un beso sobre los nudillos—. ¿Quién es esta belleza?

Yoongi parpadeó.

—Jaehyun, es Yeji. —Jungkook los presentó.

Jaehyun meneó sus cejas, sonriendo como el gato que se había comido al canario.

—¿Yeji, querida, te gustaría acompañarme a tomar algo?

Yeji se sonrojó mientras se acariciaba su rosado pelo. —Solo si me dices cosas traviesas. —Ella se rio tontamente mientras que Jaehyun la escoltaba fuera del apartamento.

¿Me perdí de algo? —preguntó Yoongi cuando se giró hacia Jungkook.

¿No hará nada travieso con ella, verdad?

No, creo que Yeji y Jaehyun estarán bien.

Yoongi y Jungkook entraron en el dormitorio. Yoongi se rio al pensar que Yeji ahora no estaría sola, y notó que Herb no los había seguido. Yoongi estaba muy agradecido por eso. —Quiero hacer de esta una casa para los dos —dijo a través de su enlace, volviendo a lo que ellos habían estado discutiendo antes de que Jaehyun y Yeji llegasen. Yoongi puso mala cara y pisó fuerte con su pie—. Quiero comprar cosas para nuestro nuevo apartamento.

—Lo sé. Pero vamos a sentarnos y calcular nuestras finanzas primero. Prefiero tener un techo sobre mi cabeza a sentarme en el bonito mobiliario en algún sitio bajo un puente. —Jungkook tiró a Yoongi en sus brazos, y Yoongi se derritió sobre él. Siempre lo hacía cuando los brazos de Jungkook se envolvían a su alrededor—. Le diré a Herb que nos lo quedamos.

¡Sí! —Yoongi empujó a Jungkook hacia él, salpicando besos por todas partes de su rostro.

—No comiences nada que no puedas terminar —advirtió Jungkook con la voz que usaba cuando estaba encendido. Yoongi amaba oír los profundos tonos y las seductoras inflexiones. Esto lo hizo temblar completamente y su polla inmediatamente se animo.

La ira de un hombre- KookgiTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang