—Sí, lo haré, pero cuando salgas de aquí, iré contigo hasta la tribu.

—Como quieras —le dijo en un tono molesto.

Ese hijo de puta de Moses se las pagaría... Y ahora sabía que tenía una debilidad en Kanat'ma, Laibell.

***

Días después

—Kira.

—Pasa —le dijo haciéndose a un lado, saludándolo con un beso en la mejilla.

—¿Cómo estás? ¿Y los niños?

—Durmiendo en la habitación, ve a verlos.

El rubio asintió con la cabeza y mientras él se fue a ver a los mellizos, Araza tomó su bolso y lo llevó a la habitación que Bradek ocupaba siempre que se quedaba en su casa.

—Mis hijos preciosos —sonrió observando a los dos bebés durmiendo juntos, abrazados—. Tú debes cuidar a tu hermanita siempre, Tahet —le dijo a su hijo mientras le acariciaba suavemente la cabeza—. Siempre será tu hermanita pequeña, y es tu deber protegerla de todo.

—Sí, será su hermanita pequeña siempre, pero mi hija no va a ser una hembra débil —sonrió Araza entrando a la habitación—. Será una mujer fuerte, valiente.

—Quería tanto venir antes, pero no pude. Tengo que buscar la forma de cambiar de trabajo, y hacer un pedido a la líder de aquí, para poder trabajar en Kanat'ma y estar cerca de ustedes.

—¿Te vas a poder quedar dos días más?

—Sí, puedo pedir los días.

—Sabes, yo... Lo ví —le dijo en un tono bajo, alejándose de la cuna para sentarse en un sillón que había en la habitación de sus hijos, que ella usaba para amamantarlos—. Yo le dije al ginecólogo que tenía miedo por la anestesia. Me da miedo que me duerman y no poder despertar.

Bradek la miró a los ojos, y al ver el miedo en su mirada, tomó una silla para sentarse juntos a ella, tomándola de las manos.

—¿Y qué quieres hacer, Kira?

—Me dijo que podían utilizar anestesia local para quitarlo.

—Eso es menos riesgoso ¿No?

—S-Sí, pero... No sé que h-hacer, Brad.

—¿No quieres quitártelo?

—Y-Yo sé que es una locura, que ya tenemos dos bebés, que los niños recién cumplirán un año, pero ver a nuestros hijos, m-me hace sentir muy egoísta —le dijo mirando hacia abajo, al sentir que sus ojos se cristalizaban—. F-Fue un error nuestro.

—Ara si tú quieres tenerlo, yo no voy a oponerme, te dije que estaría contigo, que buscaría un trabajo aquí.

—¿Y si no podemos con los tres? ¿Q-Qué haremos?

—Sí podremos —le dijo abrazándola—. Cuando el bebé nazca, los mellizos tendrán casi dos años. Y yo buscaré un trabajo aquí, mañana mismo iré a hablar con la líder de Kanat'ma.

—Tengo miedo —sollozó—. Hicimos todo mal.

—S-Sí —murmuró—. Pero no podemos cambiar lo que hicimos, Kira, sólo intentar que ahora las cosas sean mejor. ¿Qué métodos anticonceptivos podemos usar?

—Me haré una ligadura de trompas cuando nazca.

—Me parece bien ¿Debo operarme yo también?

—S-Sólo si tú quieres.

—Está bien —sonrió, antes de suspirar y acariciarle la espalda—. Ay Kira, yo sé que esto es muy difícil, que en otras circunstancias, tú quizás estarías feliz con esta noticia.

—¿Qué otras circunstancias?

—Si estuvieses en pareja con el hombre que amas, formando una familia con él, y no conmigo.

—No seas imbécil, Bradek —le dijo alejándolo de ella—. Y ya no quiero que hables más de eso, ni de Noaelí.

—¿Aún lo quieres? ¿Te molesta qué-?

—Sí, me molesta que hables de él —pronunció frunciendo el ceño—. Si vas a estar conmigo, pensando en que yo tengo a Noaelí en la cabeza, mejor vete. No es bueno para ti, ni para mí. Yo ni siquiera lo nombro, eres tú él que siente inseguridad.

—¿Y cómo pretendes que no lo hagas? Kirash tú sabes bien lo que yo siento por tí, así como yo sé bien, lo que tú sientes por él.

—Aprecio y culpa, eso es lo que siento por él, tenemos una hija en común después de todo. Ahora ya deja este tema de lado, me fastidia.

—¿Te puedo preguntar una última cosa?

—¿Qué?

—¿Pensaste alguna vez en él cuando nosotros-?

—¡No! —lo interrumpió molesta—. Tampoco soy una mocosa estúpida, Bradek. Las veces que tuvimos sexo sólo pensaba en tí, en nadie más.

—De acuerdo, no hablaremos más de él.

—Gracias —suspiró, cerrando los ojos.

—¿Quieres dormir un poco? Yo cuidaré a los niños.

—Sí, pero primero me iré a dar un baño —le dijo poniéndose de pie—. Después sí iré a dormir un poco.

—De acuerdo —sonrió.

Araza lo miró y luego lo tomó del rostro, antes de besarlo suavemente, y que Bradek le correspondiera.

—Tú eres mi presente, y yo no vivo en el pasado —le dijo contra sus labios, antes de volver a besarlo.

...

Princesa de Eritma Where stories live. Discover now