Jake & Henry - Los preparativos.

El padrino

Jake no tuvo ninguna opción a ser partícipe en la elección del dichoso "Wedding planner". Aquella tarde, Henry le arrastró al centro donde acudiría a la oficina del elegido para la "primera toma de contacto". El tipo se llama Clark Morris, y en opinión de Henry, al ser un hombre, les daría una perspectiva más masculina a su boda.

—Ni que tú y yo fuéramos lo más femenino del mundo—le había dicho Jake.

Pero además, venía recomendado por Chris, que le conocía de varios reportajes fotográficos para la empresa de marketing para la que trabajaba. Por lo que Henry, comprobando varias opiniones de clientes, y la recomendación de su amigo, le hizo decidirse sin tan siquiera saber lo que Jake pensaba. Aunque el moreno sabía que Henry le iba a dejar fuera de muchas decisiones, y lo peor de todos era que en el fondo, le daba igual.

Les recibió un agradable recepcionista que tras servirles una copa de champán a los dos, les pidió que esperaran unos minutos. Jake miró su copa y lanzó otra a su prometido.

—Ya verás lo que nos va a clavar este tío.

—Jake he visto tu cuenta, no seas rácano—replicó Henry.

—Pero parte de ese dinero es para que Nike vaya a la universidad, y tú quieres gastarlo.

Henry ignoró el comentario tonto de Jake, pues además, acaba de hacer su aparición un hombre alto y trajeado de aparentemente la edad de ambos.

—Señor Woods y señor Rivers, ¿Verdad? —preguntó con una emocionada voz. Henry asintió y el tipo le tendió la mano. Y tras ello, se la dio a Jake. — Encantado, soy Clark Morris, pero pueden llamarme Clark. Pasen conmigo, por favor.

Jake suspiró en su interior, pero siguió a Henry y a Clark al interior. Llegaron a lo que debía ser el despacho de aquel hombre. Tomaron asiento y Jake se dispuso a echar una cabezada mientras Henry hablaba de sillas, camareros y flores.

—Debo decirles que estoy entusiasmado con su boda—les confesó Clark.

Jake pensó que eso se debía a que claramente Henry le había dicho las palabras mágicas. "El dinero es lo de menos".

—No sé si pudieron leer el dossier que les envié.

—Sí, había cosas muy interesantes— dijo Henry antes de mirar al tipo con seriedad. — Pero sobre todo lo que quiero de usted es eficacia. Verá...

Jake miró a Henry entre divertido y tenso, cuando se ponía así, con ese aire de tiburón de los negocios, lo cierto era que intimidaba bastante.

—Por favor, pueden tutearme— le cortó Clark con amabilidad.

—Pues verás, Clark—continuó Henry. — Soy un hombre ocupado, y con poca paciencia. Esta boda es muy importante para mí y quiero que salga perfecta. Mi prometido, como le comenté, es más bien descuidado y...

Los ojos de Jake se entrecerraron con irritación.

—Estoy aquí, ¿Sabes?

Henry volvió a ignorarle.

—Así que prefiero delegar absolutamente todo.

Lejos de ofenderse o tensarse, Clark le miró comprensivo y dijo:

—Cumpliré sus más altas expectativas, señor Woods.

—Perfecto—contestó el rubio satisfecho. — Y puede llamarme Henry.

Jake alzó una ceja, pero no opinó nada.

—Muy bien, pues esta reunión será lo único que tendrá que preocuparles. Porque a partir de aquí me ocuparé yo. Así que vamos a repasar paso por paso todos los detalles para que pueda trabajar. Empecemos. Lugar. Dijeron que algún lugar junto al mar y que permitieran animales. Al atardecer.